El emprendedurismo como política social

Ante un auditorio numeroso el gobernador Gustavo Sáenz habló en la Escuela de Emprendedores. En esta oportunidad Sáez puso de manifiesto cómo llegó hasta su sitial, superando innumerables obstáculos y a la vez fue detallando las dificultades que debió sortear en la función de gobierno. Acompañado del intendente Emiliano Durand, el gobernador fiel a su estilo franco e introspectivo fue reflejando palabra por palabra la importancia de emprender. Es decir que la iniciativa vaya siempre por delante para poder progresar. Sin empuje, sin ímpetu, ningún emprendimiento puede ser posible y entonces el progreso queda procrastinado, subordinado a cualquier otro hábito menos el esfuerzo. Justamente del esfuerzo colectivo y de las iniciativas particulares es de donde surge la sinergia, que no es otra cosa que la suma de varias voluntades en pos de conseguir objetivos de superación en el trabajo y en la vida.

Las cálidas palabras del gobernador no fueron otra cosa que una llama para encender ideas y proyectos que redunden en el bien común; en un bienestar duradero, acompañado siempre del quehacer cotidiano que se elija para conseguir una vida más provechosa y digna. Con ese criterio y ese propósito es que funciona la Escuela de Emprendedores. Allí no solamente se enseñan qué actividades pueden ser provechosas para quienes quieran iniciar la aventura de crear y de hacer, sino también los caminos necesarios para llegar un objetivo concreto. El emprendedurismo es un estilo de vida que se funda en la superación personal, en las alianzas colectivas que pueden crear ámbitos y hábitos de producción; en el descubrimiento de nuevas herramientas que permitan ganar un merecido sustento en base al empeño y al ahínco en una labor concreta.

No se llevan bien el emprendedurismo con la dádiva o el reparto indiscriminado de cosas, aún cuando se hagan con la mejor intención, porque emprender implica comprometerse con la vida. Y hacia allí se dirigió el discurso del gobernador Sáenz. Ante la inmovilización y perplejidad propia de la incertidumbre generada por eventos tan particulares como una pandemia, la guerra o la irrupción tecnológica a niveles desconocidos, la actitud emprendedora resulta sumamente necesaria para afrontarlos. Vivimos un mundo que es cada vez más dinámico e impredecible en su devenir; el emprendedurismo nos invita a transformar la incertidumbre en oportunidades para crear valor.

Lamentablemente la disminución constante de la pobreza global durante los últimos 20 años se ha visto frenada abruptamente en el año 2020 a causa de la pandemia, que ha generado un aumento significativo de personas pobres en todo el mundo. Y, peor aún, Latinoamérica terminó siendo la región más afectada del planeta, dice Julián Rodríguez en un artículo publicado en el portal de Infobae, el 8 de abril de 2022. Señala que: Sin embargo, en este contexto, la actitud emprendedora ayudó al surgimiento de muchos nuevos emprendimientos en distintos formatos; y ahora que la vida vuelve a una nueva normalidad, debemos continuar reforzando esta capacidad en la sociedad y sus individuos.

El emprendedurismo es un modo indirecto de invertir en innovación, y la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) es un vector de crecimiento de los países. Los Estados que más invirtieron en esta área supieron desarrollarse, generar conocimiento y lograron unos niveles de calidad de vida mayores en comparación a aquellos países que no han invertido en los mismos niveles. Poco a poco Salta está liderando en la región la misión emprendedora como una nueva forma de vivir, como una filosofía solidaria que permite acortar pro la buena senda la visión productiva en pequeños creadores que pueden llegar a convertirse en empresarios. De eso se trata.

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