Con la llegada de los meses fríos, muchas familias comienzan a notar cambios en su alimentación y preferencias gastronómicas. Los bizcochitos y los guisos ganan la pulseada a los licuados de fruta y al pollo con ensalada, en una especie de reacción natural a la búsqueda de platillos más reconfortantes para combatir el frío.
Existe una creencia generalmente aceptada de que, en esta época del año, es necesario incrementar la ingesta de calorías para mantener la temperatura corporal en equilibrio. Se suele pensar que hay que aumentar el consumo de hidratos de carbono complejos como arroz, fideos, polenta y panes, así como grasas como manteca, aceites y frutos secos. Sin embargo, ¿es esta una estrategia adecuada?
La licenciada Liliana Grimberg, dietista y coordinadora del área de Nutrición del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna, explica que, aunque estos alimentos aportan energía, no son los únicos ni necesariamente deben ser consumidos en mayor cantidad durante el invierno. “Lo importante es saber seleccionar los alimentos y no simplemente aumentar la cantidad ingerida”, señala Grimberg.
La clave está en la elección de alimentos
Contrario a la creencia popular, no se requiere una mayor ingesta calórica en estos meses. La clave radica en la calidad de los alimentos y en cómo equilibrar la dieta. Incorporar verduras y hortalizas que aportan vitaminas esenciales es fundamental para mantener la vitalidad y protegerse del frío.
Verduras y hortalizas que fortalecen y protegen
Entre ellas, destacan las de color amarillo, naranja o rojo, como las calabazas, tomates y remolachas. Estas verduras contienen altos niveles de carotenos, precursores de la vitamina A, que ayudan a vitalizar la piel y fortalecer el sistema inmunológico. Además, aportan flavonoides antioxidantes que combaten a los radicales libres, contribuyendo a una mejor salud general y ayudando a afrontar los meses de bajas temperaturas con vigor y protección.
En invierno no se trata solo de aumentar calorías, sino de elegir bien qué alimentos proporcionan los nutrientes necesarios para mantenerse saludables y activos. La variedad y equilibrio en la alimentación son las mejores armas para afrontar el frío con energía y bienestar.