Una jornada inusual en la provincia quedó marcada por la presencia de nieve durante el recorrido del Tren a las Nubes, en su viaje número 65. La experiencia, que parecía sacada de una película, sorprendió a los 339 pasajeros a bordo, quienes vivieron un momento histórico en un escenario natural de gran belleza.
El fenómeno climático ocurrió en medio de una intensa ola polar que atravesó gran parte del país, llevando temperaturas extremadamente bajas y condiciones meteorológicas poco habituales en la región andina de Salta. La combinación de fuertes ráfagas de viento y un descenso drástico en los termómetros provocó que la nieve cubriera cerros, rutas y pequeñas localidades, generando un paisaje que rápidamente se convirtió en una postal única.
Este episodio, que no tenía antecedentes en la última década, impactó tanto en turistas nacionales como internacionales. Las imágenes del Viaducto La Polvorilla, completamente cubierto de nieve, se viralizaron en las redes sociales, sumando repercusión a un evento considerado por muchos como inolvidable. La travesía se realizó a más de 4.200 metros sobre el nivel del mar, en uno de los tramos ferroviarios más elevados del mundo.
El descenso de temperaturas en la provincia, registrado en los días previos, fue uno de los principales factores que propició esta inusual nevada. Durante la tarde del sábado, en la ciudad de Salta, el termómetro alcanzaba los 19,2°C, mientras que al día siguiente, a las 9 de la mañana, la temperatura había bajado a 7,7°C. Las previsiones meteorológicas indicaron posibles lluvias con eventual caída de nieve o aguanieve, y para el inicio de la semana se pronostica un descenso aún más marcado, con máximas que no superarían los 5°C y mínimas que podrían llegar a los -1°C.
Es por ello que en la capital y sus alrededores no se descarta que en las próximas horas se registre una ligera caída de nieve. En varias zonas del país y en sectores de la Puna salteña, ya se han registrado episodios similares, y si se concreta, los alrededores de la ciudad podrían amanecer cubiertos de blanco, regalando una postal que todos recordarían.