¡Emiliano desaforado!

Tras un pedido expreso del fiscal general Carlos Martín Amad a la Cámara de Diputados de la Nación en razón de no haberse presentado a la justicia cuando fue convocado, deberá tratarse el desafuero del diputado nacional Emiliano Estrada. Si la Cámara sigue el precedente que aplicó con Julio De Vido, quien a continuación del desafuero marchó preso, no hay ninguna posibilidad, más que demorarlo un poco, que a Estrada lo vayan a proteger sus pares. El pedido el fiscal Amad puso en evidencia otra cuestión no menor en esta causa que tuvo amplia repercusión nacional y es que nunca, desde que empezó, Estrada dijo que era inocente. Cualquier semejanza con su lideresa Cristina es pura casualidad. Más bien se lo notó apesadumbrado y temeroso al longilíneo diputado, porque en realidad al haber confesiones categóricas de sus empleadas, no hay muchas posibilidades que en el proceso que le sigue la Justicia Federal la única salida sea una condena por el delito de peculado de uso. Es probable que el desánimo de Estrada se deba también a que cuando pidió a gritos auxilio en el recinto de la Cámara de Diputados, sus pares, propios y extraños, solamente se limitaron a escucharlo. Nada más. 

No hubo ninguna muestra de apoyo, porque también les resulta muy difícil a los diputados avalar que se monte un aparato de difamación oficial, sin ahorrarse nada, para socavar la imagen personal de un gobernador, una diputada nacional colega de Estrada, empresarios salteños, etc. En Unión por la Patria se dice en voz no tan baja: se le fue la mano al flaco, ahora que se la banque. Una última maniobra, antes del pedido de desafuero del fiscal fue que el juez federal de Comodoro Py, Sebastián Casanello solicitara que la incompetencia de la jueza federal Mariela Giménez. En los pasillos de la calle España, sonó a maniobra desesperada de náufrago y en los del Ministerio Público Federal a la admisión lisa y llana de su culpabilidad. Ni siquiera su propio abogado defensor, Jorge Ovejero, atino a esbozar otro argumento más que Estrada era víctima de una persecución política ¿Y las confesiones de sus empleadas? Si se compara las confesiones con las pruebas en Tic Toc el resultado es demoledor. Y otra vez lo mismo, el abogado Ovejero señala que hay una persecución contra su defendido. Es decir que todos los planetas se alinearon en contra suyo. Nunca expresó categóricamente que las pruebas que lo incriminan no existiesen. Ni que Estrada no haya ordenado lo que realmente ordenó, ni que fuera inocente. 

Esta madeja que se desató con el caso Estrada, sin duda es una advertencia hacia el presente y hacia el futuro ante los múltiples insultos que se propinan contra todo aquel que no piensa igual, más las operaciones de fake news que se utilizan a diario para reducir la actividad política a una suerte de cloaca sin fondo en la que se demuele el prestigio de las personas. En algún momento esa forma violenta de descalificar en forma permanente tocará fondo y sin duda habrá consecuencias. Tantas como la sentencia a Cristina. Hasta hace unos pocos meses absolutamente nadie pensó que sería posible, hasta que la Corte Suprema dijo basta. El barómetro de la justicia va llegando finalmente, no tanto por convicción, sino por la propia presión de la gente que reclama el fin de la impunidad y el principio de los desafueros. Tal vez por eso Emiliano está desaforado.