Los productores de esta planta, atraviesan una de las temporadas más críticas de los últimos años, marcada por la combinación de altos costos de producción, caída del poder adquisitivo de los consumidores y la competencia desleal del contrabando desde países vecinos.
Esta situación llevó a que miles de kilos de tomates quedaran sin cosechar, ya que, en palabras de Fernando Ortiz, productor de Colonia Santa Rosa, “llevarlos al mercado salía más caro que dejarlos en la finca”. “En mi caso, se descartó casi la mitad de lo producido”, dijo a algunos medios salteños.
Una de las causas, apuntó a los altos costos de producción, entre insumos, maquinaria, salarios e impuestos, como así también al ingreso de productos de contrabando a precios muy bajos. “Los países vecinos tienen prácticamente la mitad o menos de costo que nosotros”, comentó.
A esto se suma la caída del poder adquisitivo de los consumidores. “Cuando el tomate llega al mercado, arranca con un buen precio, pero en medio día se derrumba. Así, es imposible recuperar la inversión”, agregó.