Tras la derrota electoral de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, el presidente Javier Milei convocó a una “mesa de diálogo federal” con los mandatarios provinciales. Sin embargo, varios gobernadores expresaron desconfianza hacia la iniciativa y alistan un encuentro en Córdoba para mostrar unidad.
La propuesta presidencial llegó acompañada de la conformación de tres mesas de trabajo: una mesa política nacional integrada por funcionarios de máxima confianza, una mesa ampliada para Buenos Aires y otra de diálogo federal con los gobernadores. No obstante, los mandatarios provinciales cuestionaron tanto la metodología como la falta de comunicación formal.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, fue uno de los más críticos: “No son leones, son palomas de iglesia, porque cagan a los fieles. A mí me cagaron con obras y me cagaron en lo electoral, con candidatos que me destrozan”, lanzó en referencia a la relación con la Casa Rosada.
En la misma línea, el jujeño Carlos Sadir advirtió que “cada vez que nos sentamos terminamos o no acordando o no cumpliéndose lo acordado”, y remarcó que la convocatoria presidencial se conoció por los medios de comunicación.
Frente a este escenario, los mandatarios nucleados en Provincias Unidas preparan una señal política en Córdoba. El próximo viernes, en la Sociedad Rural de Río Cuarto, se reunirán Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Allí buscarán reforzar el perfil de bloque opositor con proyección nacional.
Mientras tanto, Milei ratificó la continuidad de su equipo de gobierno pese al revés electoral. La mesa política nacional estará encabezada por el propio Presidente e integrada por su hermana Karina Milei, el ministro del Interior Guillermo Francos, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el asesor Santiago Caputo, el titular de Diputados Martín Menem y el vocero Manuel Adorni.
El contrapunto entre la Casa Rosada y los gobernadores marca una nueva etapa de tensión. El diálogo planteado por Milei aún no encuentra eco en el interior, donde los mandatarios buscan consolidar un espacio propio y reclamar mayor protagonismo en la definición de políticas nacionales.