El encuentro de River ante Palmeiras de Brasil, por los cuartos de final de la Copa Libertadores, era anunciado como el anticipo de una final. Debido al presente de los brasileños, que finalizaron como los mejores de la fase de grupos, era un partido complicado para los dirigidos por Marcelo Gallardo.
Palmeiras aprovechó para empezar a sacar rédito, los visitantes se adueñaron primero de la pelota en la mitad de la cancha, y la tocaban hacia los costados, por detrás de Montiel y Acuña, para acercarse a Armani.
El tramo final del partido estuvo marcado por la polémica. A los 79 minutos, los jugadores de River Plate reclamaron penal tras una entrada de Weverton con la rodilla en alto sobre la espalda de Gonzalo Montiel. El árbitro Jesús Valenzuela fue llamado por el VAR para revisar la jugada, pero finalmente decidió mostrar tarjeta amarilla al arquero brasileño y sancionar fuera de juego, ya que el lateral argentino partió en posición adelantada en el inicio de la acción.
La revancha en Brasil exigirá mucho más que historia y orgullo: River deberá recuperar la rebeldía que alguna vez lo distinguió y demostrar que, aunque tambalee, todavía tiene fuerza para pelear hasta el final.