La opción

En un mensaje cargado de significación en oportunidad de pronunciar un discurso en el Municipio de General Güemes, el gobernador Gustavo Sáenz reflexionó sobre el momento en que se abran las urnas el próximo 26 de octubre en un instante crucial para la vida de los argentinos y en particular de los salteños.

Apuesta Sáenz a construir una alternativa provincial en la que los intereses de la Provincia estén primero, antes que nada. Y para ello está convencido que las dos fuerzas hegemónicas que orientan su campaña política desde Buenos Aires han llevado a que el oficialismo actual se haya tornado en el gobierno más centralista del que se tenga memoria. En el actual esquema, el gobernador está totalmente convencido y así lo transmite, que nada se podrá hacer sin que desde la Capital Federal se remitan o no, los recursos a cuenta gotas lo cual repercute en falta de obras y en apropiarse de los fondos que legítimamente le pertenecen a Salta.

No es la primera vez que el gobernador apela a una metáfora para señalar que el norte es como un gigante dormido que se está despertando. Con ello alude a la potencialidad de la región, tanto en recursos mineros, como energéticos, como industriales y agropecuarios. Sáenz está persuadido que si Salta dispusiera de los recursos que genuinamente le corresponde, no sólo despegaría definitivamente su economía, sino que ese convertiría en un polo de desarrollo cuyos avances serían sorprendentes. Harto de que le mientan, lo posterguen y le pidan apoyo para lograr la gobernabilidad, el gobernador marcó en reiteradas oportunidades que la lealtad es recíproca y que se si se requiere votos de los legisladores nacionales para llevar adelante las políticas nacionales, el correlato no puede significar ignorar y marginar a Salta, sin que nada importe.

Ha dicho también el gobernador con números en la mano que el presupuesto provincial hace años está equilibrado, así como el cumplimiento de las obligaciones presupuestarias, con lo cual desde que el presidente Milei pregonó que las provincias argentinas debían hacer aún más ajuste, no tenía asidero alguno que lo avale, debido a que hay varios de los estados provinciales con las cuentas ordenadas, entre ellos Salta. Demuestra de paso el escaso o nulo conocimiento que tiene el presidente sobre las realidades provinciales, probablemente porque nunca se tomó el trabajo de recorrer las provincias en detalle ni reunirse personalmente con sus mandatarios, pero no en Buenos Aires sino en las ciudades interiores.

Como estrategia electoral, el gobierno nacional decidió volar todos los puentes de diálogo y comunicación, lo cual le valió una resonante derrota en la provincia de Buenos Aires, casi inapelable. A partir de allí, se esbozó un principio de cambio con la reinstalación del Ministerio del Interior, pero acto seguido vetó la ley de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN), lo cual despertó el desencanto y la bronca mascullada de todos los gobernadores, sin excepción.

Por eso es que Gustavo Sáenz plantea una opción desde Salta, probablemente inspirada en el modelo güemesiano que miraba las provincias como una suma de estados autónomos, autosuficientes y unidos, desde las cuales, tomando los recursos que le son propios por imperio de la Constitución Nacional se pueda construir un país menos asimétrico y más equilibrado, sin depender de la prepotencia y los exabruptos que con desdén vienen desde Buenos Aires, como si se tratase de otro país, cuando en realidad las provincias son preexistentes a la Nación. Esa es la gesta que propone el gobernador para el 26 de octubre.