Venezuela celebra la Navidad a inicios de octubre. La decisión fue tomada a principios de septiembre y, ahora, las celebraciones llegan en un clima de creciente tensión entre el régimen de Nicolás Maduro y el gobierno de Estados Unidos. Los funcionarios bolivarianos justificaron su decisión de adelantar la celebración ya que permitirá “mantener la alegría del pueblo y promover el comercio local, así como actividades culturales como villancicos, gaitas, hallacas y eventos festivos en distintos barrios del país”.
Sin embargo, los festejos chocaron de lleno con la situación internacional que afronta el gobierno venezolano. En los últimos días, Maduro denunció que van siete semanas de “guerra psicológica y asedio” desde Washington, a raíz de las embarcaciones atacadas por fuerzas estadounidenses en el marco de una lucha contra una “red de narcotráfico” que desde territorio norteamericano vinculan con el mandatario de Venezuela.
El inicio de las celebraciones navideñas en Venezuela estuvo marcado por un mensaje de Nicolás Maduro, en un video difundido en redes oficiales. “En homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes… ¡arranca la Navidad!”, exclamó el mandatario en el registro audiovisual de poco más de un minuto y medio.
En ese mismo mensaje, Maduro buscó transmitir optimismo frente a la crisis: “Han intentado de todo para vernos tristes y cabizbajos, y nada. No han podido ni podrán jamás quitarnos la alegría”, afirmó, mientras se intercalaban imágenes de tradiciones culturales y referencias a un supuesto “país transparente”.
Sin embargo, la postal navideña se vio atravesada por una fuerte contradicción: este miércoles también se desplegaron luces y fuegos artificiales desde la cárcel de El Helicoide, señalada por la ONU como centro de violaciones a los derechos humanos. De acuerdo al organismo internacional, en esa prisión operaron “cámaras de tortura” y se registraron abusos sexuales y de género utilizados para “torturar y humillar a los detenidos”.
La tensión creciente con Estados Unidos, el Gobierno de Venezuela denunció la destrucción de cuatro lanchas que habrían sido utilizadas por narcotraficantes, en operativos encabezados por fuerzas norteamericanas en las últimas semanas. Desde Caracas sostienen que se trata de una “pena de muerte” aplicada en alta mar y acusan al presidente Trump de usar la bandera del narcotráfico como excusa para “derrocar a Maduro” y quedarse con las mayores reservas de petróleo del planeta.
Maduro calificó como una “amenaza desmesurada” e “injustificable” la presencia de ocho buques de guerra estadounidenses en el Caribe. En paralelo, firmó un decreto de conmoción exterior, una herramienta excepcional pensada para escenarios de guerra, que le otorga mayores atribuciones y que entraría en vigencia si se produjera un ataque directo.