A raíz de las intensas gestiones realizadas por el gobernador Gustavo Sáenz y la recepción que tuvo en la ministra de seguridad de la Nación, Patricia Bullrich se producirá, en forma inédita, la confluencia entre las fuerzas de seguridad nacionales y la policía provincial en el Departamento Orán, particularmente en Aguas Blancas y la capital departamental. La noticia es ampliamente satisfactoria, por cuanto la situación de las mafias de la droga en el norte había llegado a un punto que de demorarse una decisión de esa envergadura, probablemente se hubiera tornado sin retorno. El anuncio conjunto – lo cual no es un dato menor, desde lo político – llega después de una semana cargada de operaciones tendenciosas, urdidas de las tenebrosas usinas del resentimiento, que buscaron desprestigiar la figura del primer mandatario. Rápido de reflejos, Sáenz hizo caso omiso a la andanada difamatoria utilizada como supuesta estrategia temprana de campaña y respondió, como acostumbra hacerlo, con hechos y soluciones concretas.
Los trolles y las fake news no son solamente la manifestación cobarde de quienes quieren socavar las instituciones de la Provincia, sino una de las armas que utiliza el narcotráfico para demoler el orden instituido. Nadie debe llamarse a engaño con estas prácticas, a las que se pretende naturalizar, como si la difamación no produjese consecuencias. Además de las eventuales sanciones penales que caben en cada caso injurioso o calumnioso, en otros pueden constituir delitos más severamente penados. Pero en lo esencial, las difamaciones, valga reiterarlo, sumamente útiles a las mafias de la droga, logran instalar confusión y desatar violencia.
La determinación política de actuar de manera conjunto va mucho más allá de la coyuntura electoral. Es un mensaje sumamente positivo en cuanto a que en una materia tan sensible y preocupante como es la seguridad, comiencen a desarrollarse políticas públicas sostenibles en el tiempo y en forma complementaria entre el Estado Nacional y la provincia de Salta. Un largo anhelo que muchos ciudadanos esperaban desde hace mucho tiempo. El arrojo con el que se desembarcará en el territorio es ponerle cara al problema. A un asunto que paraliza y atemoriza a miles de personas que añoraban lo que finalmente va a ocurrir. A ello se le suman varias propuestas en materia de seguridad de fronteras formuladas por el gobernador Sáenz, que van desde la instalación de prefectura naval en el Puerto Chalanas, hasta la reformulación de los ingresos de personas extranjeras condenadas. Desde la radarización al control sobre los vuelos clandestinos. Es decir la aplicación concreta de ideas indispensables para la lucha contra la droga, definitivamente.
Los países que se han desarrollado, son aquellos donde se ejecutan políticas que continúan en el tiempo, más allá de quien detente el poder. En la Argentina es una novedad particularmente auspiciosa que la Ministra de Seguridad de la Nación y el Gobernador de la Provincia actúen de consuno, es decir en forma conjunta y unidos en pos de un objetivo común que intranquiliza y pone en zozobra a la sociedad; a la par que compromete el futuro. Una decisión de estas características, lejos de ser especulativa propende al bien común y al enaltecimiento de la política superando las banderías sectoriales y la especulación de los fracasados que creen encontrar en la cobarde profusión de los insultos su razón de vivir. Un notable cambio de época comenzó a producirse con el consecuente efecto bisagra. Y esa mutación es la que permitirá echar la bases de un futuro promisorio, en el que sin odios ni agravios pueda construirse un país posible, seguro y en condiciones aptas para el desarrollo económico sin fisuras.