Hoy 2 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud, una fecha que nos invita a reflexionar sobre uno de los periodos más oscuros y vergonzosos de la historia de la humanidad. La esclavitud, una práctica inhumana que redujo a millones de seres humanos a la condición de mercancía, ha dejado una herida profunda en nuestra sociedad que aún hoy podemos sentir sus consecuencias.
Es importante que en esta fecha recordemos los esfuerzos y sacrificios de aquellos que lucharon incansablemente por poner fin a esta atroz práctica. Figuras como Harriet Tubman, Frederick Douglass y Toussaint Louverture, entre muchos otros, se convirtieron en símbolos de la resistencia y la determinación que se requieren para lograr la libertad.
Pero la conmemoración del Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud también nos obliga a mirar hacia el presente y enfrentar los vestigios que aún quedan de esta terrible realidad. La trata de personas, el trabajo esclavo y otras formas de servidumbre siguen existiendo en distintas partes del mundo, recordándonos que la lucha por la dignidad y los derechos humanos es una batalla constante.
Por eso, es nuestro deber como sociedad mantener viva la memoria de aquellos que dieron su vida por la libertad, y continuar trabajando para erradicar cualquier forma de esclavitud que aún persista. Sólo así podremos honrar verdaderamente el legado de quienes nos precedieron y asegurarnos de que nunca más se repita una tragedia de tal magnitud.
lamentablemente debemos reconocer que aún existen formas modernas de explotación y vulneración de derechos que amenazan la dignidad de los trabajadores en nuestro país.
Es indignante comprobar cómo el actual gobierno ha permitido y en algunos casos incluso avalado, la paulatina degradación de los derechos laborales conquistados con tanto esfuerzo y sacrificio por generaciones anteriores. En lugar de defender y fortalecer estas conquistas, la administración en el poder parece haber priorizado los intereses de los grandes empresarios y magnates por sobre el bienestar de quienes sostienen la economía nacional con su trabajo diario.
Esta situación es particularmente alarmante si consideramos que muchos de estos derechos, como la jornada laboral limitada, los aguinaldos, las licencias por enfermedad o maternidad, entre otros, se obtuvieron tras largas y duras luchas en las que incluso se perdieron vidas. Sin embargo, el actual gobierno ha optado por mirar hacia otro lado, exponiendo a los trabajadores a la voluntad arbitraria de empleadores que olvidan que detrás de cada puesto de trabajo hay una persona con necesidades y derechos que deben ser respetados.
Es hora de que como sociedad exijamos a nuestros gobernantes que cumplan con su responsabilidad de velar por los derechos de los trabajadores, derechos que son la base de una sociedad más justa e igualitaria. No podemos permitir que se siga pisoteando la dignidad de quienes con su esfuerzo diario contribuyen al desarrollo y progreso de nuestro país.
Honremos la memoria de quienes lucharon por nuestras libertades y derechos laborales, y comprometámonos a no retroceder ni permitir que se menoscaben los logros alcanzados. Solamente así podremos construir un futuro donde la explotación y la desigualdad sean erradicadas de raíz.
Que este Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud sea un llamado a la acción, un recordatorio constante de nuestra deuda con la libertad y un compromiso inquebrantable para construir un mundo más justo e igualitario para todos.