“Bingo” Estrada

Hace algunos años, cuando la era digital todavía no había comenzado y junto a ella, nuevas formas de comportamiento social, en los café de las plazas se oía vociferar a los canillitas, con distintas tonadas y estilos, sus voces atonales ofreciendo los diarios y revistas recién salidos del horno, eran un clásico del centro de Salta. Muchos de ellos eran un espectáculo en sí mismo y fueron personajes muy queridos por la comunidad, por su sencillez y simpatía. También ofrecían bingos y billetes de lotería.

Si alguno de esos viejos canillitas volviese a ofrecer actualmente un bingo, tal vez gritaría: “Bingo, bingo, no vale nada, se rifa a Emiliano Estrada”. Siguiendo un derrotero que en la mayoría de los casos resulta inentendible, el envarado diputado pretendió salir a crucificarlo al director del Hospital Dr. Arturo Oñativia, Marcelo Nallar, porque según Estrada ese nosocomio se mantiene gracias a la plata que se recauda de los bingos, debido a que el Ministerio de Salud no le pasa ni un centavo. Nallar, rápido de reflejos, lo invitó a que Bingo al menos lo llame por teléfono para interiorizarse de cómo funciona el hospital y que tome conciencia de que tamaño disparate, flaco favor le hace a su ya deshilachada reputación política. La copla popular admite lo siguiente:

No hay guita para Nallar

Asegura Bingo Estrada

Y si a ella la quiere hallar

De una rifa se la saca.

Bingo es un personaje peculiar. Desde hace tiempo destila veneno de manera furibunda con muy pocos datos y documentación respaldatoria y como si fuese un denunciador serial, tira a lo que se le ocurre contra viento y marea. Lo lamentable, es que los resultados son siempre los mismos ¿Será por eso que en su próxima campaña a senador, le han sugerido a Bingo que su eslogan sea, cuando denuncia Estrada nunca demuestra nada? O tal vez Bingo, si se le mejora un poco el sentido del humor contrate a algún asesor más atrevido que le aconseje: aquí se vende Bingo Estrada, si paga hoy, mañana no cobra nada. ¡Ufa! U otro dirá: Bingo, bingo, punto suspensivo…

​Lo cierto es que en su furia personalizada contra todo lo que tenga que ver con el gobierno provincial, sin reparar en que hay muchas personas que trabajan bien y mucho, si Bingo recorriese el Hospital Oñativia, descubriría para su asombro que no solamente se hicieron obras importantes, sino que su estado y la atención médica sorprende hasta al más desprevenido. Las cooperadoras que se forman en apoyo de esas instituciones, en la mayor parte del planeta, no persiguen fines ilícitos ni de perfilación personal, sino que bingo parece no saber que existen ciudadanos generosos, solidarios y desinteresados a los que les interesa el prójimo. Y que todo lo que puedan hacer en mejora del sitema de salud, lo hacen con la mejor de las intenciones. ¡¡¡¡Bingo, bingo, andate al…!!!! parecería gritar un canillita. Un viejo dirigente justicialista, conocedor de mezquindades y solipsismos, que traducido al criollo es la forma radical de subjetivismo según la cual solo existe aquello de lo que es consciente el propio yo, tal como concibe la realidad Bingo Estrada, analizó seriamente recitarle lo siguiente:

Escuchalo bramar bien,

Al largo del Bingo Estrada

Cada vez que abre la boca

Solo larga una macana…

Y los parroquianos lo ovacionan: ¡¡¡¡Bingo, bingo!!!! andate al…FIN dijo Adorni.

Por ghostwriter..