Durante años, la página web oficial del Senado se había destacado por su nivel de transparencia, superando en esto a la de Diputados, que bajo distintos gobiernos había mantenido una gestión más opaca. Sin embargo, en los últimos días se desató una polémica en la Cámara alta, cuando dos decretos firmados por la vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, desaparecieron del sitio oficial tras haber sido publicados previamente. El contenido de estos decretos incluye cambios en la recategorización de decenas de empleados, todos ellos vinculados a legisladores y gremios, y presentados sin los anexos pertinentes, en una modalidad que algunos ya califican como “fantasma”.
El escándalo se profundiza aún más con la desaparición temporal, al menos por ahora, de toda la nómina de la planta permanente, personal temporario y contratos de locación. Aunque la sección todavía figura en la web, al intentar acceder a los datos se recibe un mensaje que indica que la “página web está en mantenimiento”. La posibilidad de consultar esta información en el pasado había permitido detectar irregularidades, como en casos relevantes: desde la contratación de una modelo por parte del senador reformista de Misiones, Carlos Arce, que solo duró 20 días, hasta el de un ex empleado que, pese a tener una condena por amenazas y usar tobillera electrónica, mantenía vínculos con la Cámara alta, hasta que Villarruel decidió desvincularlo.
