En el antiguo hospital Blackberry Hill de Stapleton, un grupo de arqueólogos desentierra los restos de miles de humanos. El oscuro pasado del lugar salió a la luz y reveló la dura vida de los habitantes de la ciudad inglesa.
En uno de los descubrimientos más impactantes de la arqueología reciente en Inglaterra, más de 4.500 cuerpos fueron hallados en una fosa común sin marcar en los terrenos del antiguo hospital Blackberry Hill, ubicado en Stapleton, Bristol. Los restos fueron desenterrados durante cinco años de excavaciones, llevadas a cabo por Cotswold Archaeology. Este hallazgo reveló una de las etapas más oscuras de la historia de la ciudad, mostrando cómo la pobreza y la enfermedad condenaron a miles de personas al anonimato después de su muerte. Los cuerpos encontrados datan principalmente del siglo XIX, cuando el lugar funcionaba como un asilo para pobres y enfermos, conocido como Stapleton Workhouse.
El descubrimiento se realizó en el contexto de la transformación del lugar para el desarrollo de un proyecto de viviendas a cargo de la empresa Vistry, que encargó la investigación arqueológica del área antes de comenzar la construcción. Aunque los trabajos arqueológicos todavía no concluyeron, el número de cuerpos descubiertos hasta el momento, más de 4.500, subraya la magnitud de la pobreza y la marginalización que sufrió una gran parte de la población de Bristol en aquella época.
Historia del lugar
El terreno donde se encuentran los cuerpos tuvo diversas funciones a lo largo de su historia. Originalmente, en el siglo XVIII, fue el emplazamiento de la Prisión de Stapleton, donde se encarcelaba a prisioneros de guerra durante los conflictos de Gran Bretaña con Francia, España, Holanda y Estados Unidos. Con el tiempo, la prisión cerró y el edificio fue reutilizado como hospital durante la epidemia de cólera de 1832.
Cinco años después, debido a la creciente necesidad de albergar a los pobres y enfermos de la ciudad, el lugar fue convertido en el Stapleton Workhouse. Desde entonces, hasta principios del siglo XX, este asilo acogió a las personas más desfavorecidas de la sociedad: ancianos, enfermos, huérfanos y aquellos que no podían mantenerse por sí mismos. Muchos de ellos murieron en condiciones de pobreza extrema y fueron enterrados en fosas sin ningún tipo de identificación, como era común en los asilos de la época.
Con el tiempo, el workhouse fue reconvertido en el Manor Park Hospital y, más tarde, en el Blackberry Hill Hospital, que permaneció en funcionamiento hasta su cierre en 2007.