El objeto de culto será subastado en París y se espera que el actual dueño se lleve una fortuna por él. El reconocimiento que Diego Maradona obtuvo en 1986 había sido robado cuatro años después y se desconocía su paradero.
En 2016, un coleccionista parisino de bajo perfil llamado Abdelhamid B. compró una caja con algunos premios de diferentes materiales, por la que pagó algunos euros. Según dijo luego, de ninguna manera sabía que uno de los objetos era lo que realmente es. El hombre pensó que ese trofeo adquirido en la casa de subastas Drouot-Montmartre, era una distinción de handball. Sin embargo, con el paso de los años ató cabos y quiso confirmar su sospecha: con dos peritajes de alta tecnología, basados en dos pequeños defectos en los dibujos, llegó a la conclusión de que lo que tenía en su poder era nada más ni nada menos que el Balón de Oro del ídolo máximo de la historia del fútbol.
Tuvieron que pasar 35 años para que se supiera dónde estaba el Balón de Oro que Diego Maradona había ganado en 1986 y que habían robado, cuatro años después, de la caja de seguridad de un banco de Nápoles. Rodeado de mitos, que incluyeron su fundición en manos de la mafia italiana, el premio siguió una trayectoria inédita hasta llegar a la subasta que se llevará a cabo el 6 de junio en la casa Aguttes, en la localidad de Neuilly sur Seine (al oeste de París).
Su valor no se informó oficialmente pero trascendieron impresionantes cifras que rondan los 15 millones de euros.