La inflación se caerá como piano. La reactivación económica subirá como pedo de buzo. Caputo es el mejor ministro de economía de la historia. Con Demian Reidel podemos ganar el premio Nobel de Economía. Soy el mejor presidente que tuvo la Argentina. Ahora viene lo mejor. La curva de Nike será menos pronunciada que nuestro crecimiento. Esas frases pertenecen al presidente Javier Milei. Por razones de buen gusto nos economizamos, para preservar el déficit fiscal, la catarata de insultos y referencias sexuales, con las cuales el presidente se refirió a legisladores, gobernadores, periodistas, artistas, el papa Francisco, etc. Lo cierto es que, a partir de una serie de desaciertos económicos y de la una alarmante falta de experiencia política, el humor social comenzó a virar fuertemente a partir de julio de este años. Tanto es así que la Universidad Torcuato Di Tella indicó que el índice de confianza al gobierno (ICG) cayó en septiembre el 8.2%. Normalmente, esta casa de altos estudios suele acertar en sus mediciones políticas y económicas.
Si a lo anterior le sumamos las declaraciones que hacía Milei respecto del endeudamiento con el Fondo Monetario internacional y sus críticas letales a Mauricio Macri y a su entonces ministro Luis Caputo, es cartón lleno. País que se endeuda, país que no crece, decía por entonces. Más allá de una larga cadena de epítetos irreproducibles, que también minaron la alicaída imagen presidencial. Al Milei de aquel tiempo y al de hace pocos meses adhería de manera fervoroso el camporista libertario Emiliano Estrada, renuente a presentarse ante los estrados judiciales cada vez que el fiscal Amad lo convoca, pero muy obediente si la cita es periodística. Ni hablar del aceitunero bombé Alfredo Olmedo, que resultó ser una suerte de chirolita menos glamoroso que Milei, repitiendo con su tonadita tiple, todos los despropósitos presidenciales, hasta agotar la paciencia. Ni que hablar de la curvilínea diputada Emilia Orozco, quien eligió del enojo y la furia sus modos de vivir. Si se sumaran tantos enojos a una tormenta de ideas, tal vez tendríamos a un ser que piensa. Curiosamente la mejor foto de Emilia no es la que aparece en toalla en Dubai después de votar contra los jubilados, sino la que aparece feliz con el ahora imputado ex concejal Pablo López, más su caniche blanco. La diputada a la que le gusta posar, no le gusta ni trabajar de como legisladora y mucho menos presidir la comisión de Libertad de prensa, donde nadie se explica para qué se hizo elegir. Menos todavía le gusta la UNSA: su universidad
Será interesante como el aceitunero bombé les explica a sus amigos productores porqué ocho cerealeras ganaron en 24 h, nada menos que U$S 1500.000.000 (cifra que el senador nacional Atauche no puede leer) y el resto el campo debió pagar como el mejor el 26% de la alícuota a de las retenciones móviles. No están muy contentos los chacareros que laburan de sol a sol con el gobierno cuyo eslogan es nada menos que: Si la Libertad no avanza, Argentina retrocede. Parece más compatible: Si la Libertad No Avanza al 3%, tal vez Argentina gane un 15%. La maniobra con las cerealeras es uno de los hechos delictivos flagrantes más notorios de la historia económica argentina, que cuando se lo investigue, nadie podrá negar su existencia. Simplemente porque en 24 h, todos dejaron las huellas dactilares marcadas ante las cámaras. De eso Estrada también entiende.