En un marco de extrema tensión y, con la lupa más que cerca del mercado y de toda la política, el Senado sesionará desde las 10 para modificar y devolver a Diputados, en segunda revisión, la ley Bases y el paquete fiscal. El desafío para el Gobierno libertario es mayúsculo y se dará con el inicio del encuentro, con un quórum muy justo y posteriores votaciones generales atadas con alambres, así como definiciones en particular de artículos que podrían recibir más cambios.
La sesión ingresó en la zona de riesgo ayer a la tarde, cuando los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano anunciaron que no darán quórum. Bajo este panorama, el comienzo de la sesión quedó en manos de los radicales Maximiliano Abad y Martín Lousteau, titular del centenario partido. El primero deslizó que ayudará, mientras que el segundo confirmó su presencia para defender sus dictámenes de minoría. Así, el encuentro en el recinto se iniciaría con 37 legisladores en sus bancas, el mínimo necesario para activar el convite.
¿Qué pidieron Carambia y Gadano? No dar quórum y quitar del temario la Ley Bases. Luego, sugirieron votar el paquete fiscal con los retoques que introdujo la oposición dialoguista en la comisión de Presupuesto y Hacienda. Seguido a ello, incorporar al debate la iniciativa sobre jubilaciones aprobada en Diputados y sancionarla de manera exprés. Después, que la Cámara baja le “cumpla” a los senadores y ratifique -sin insistir con ningún punto de la versión original- el paquete fiscal. Y, recién ahí, retomar la discusión de la ley Bases. Algo nunca visto. De hecho, legisladores de varios bloques de la oposición -incluido el kirchnerismo- reconocieron anoche a este medio que el movimiento se trataba de una extorsión.
En tanto, para el paquete fiscal se propuso a cinco oradores por interbloque, con 10 minutos para cada expositor, además de los miembros informantes y titulares de las bancadas, con 20 minutos. Para las votaciones en particular de cada iniciativa, el acuerdo es que se vote por capítulos -se descartaron títulos, que era más general- y en algunos artículos, se hará por separado.
Para el caso de los miembros informantes, la ley Bases tendrá como defensor del dictamen de mayoría al presidente provisional del Senado y titular de la comisión de Legislación General de la Cámara alta, el libertario Bartolomé Abdala (San Luis), quien por la noche quedaría a cargo de la sesión por el viaje a Europa de Javier Milei, lo que llevará a Villarruel a comandar el Ejecutivo. En tanto, por el despacho de minoría lo hará Lousteau, ya que fue el único que presentó un texto alternativo.
El oficialismo siempre entendió la complejidad a la que se enfrentaba en la Cámara alta con estas dos iniciativas y, pese a la resistencia inicial desde la Casa Rosada -persisten diferencias sobre cómo encarar el asunto-, negoció dictámenes con cambios para ambos proyectos para aprobarlos y devolverlos, en segunda revisión, a Diputados. Aún persisten tirones sobre artículos que hoy están, en una votación en particular, del lado de la derrota. No sería por dos tercios, por lo que la Cámara baja podría insistir con la versión original. Todo un desafío para Martín Menem. Por otra parte, La Libertad Avanza ya sabe que los artículos con derrota asegurada se encuentran, como mínimo, en las privatizaciones y Ganancias. También se mira con lupa a las facultades delegadas, que preocupan más con el correr de las horas. Nada sería por dos tercios, pero los libertarios tampoco pueden relajarse y depender de Diputados y una eventual insistencia con la versión original. Allí, los legisladores se llevan cada vez peor con Menem, quien gatilló algunos reconocimientos administrativos para amortiguar quejas. Se esperan más.