Feos, sucios y malos

Brutti, sporchi e cattivi . titulada en español como Feos, sucios y malos es una película de 1976, dirigida por  Ettore Scola, con una enorme actuación de Nino Manfredi. El argumento del filme cuenta que: Giacinto y cuatro generaciones más de su familia conviven en una misma chabola. Conviven veinte personas en una destartalada casa a las afueras de Roma. El egoísmo de todos los miembros de la familia define las relaciones entre ellos, que se encuentran inmersos en una serie de disputas por el dinero que custodia cuidadosamente Giacinto, un hombre tacaño y mezquino e igual de miserable que el resto de la familia.

La historia narra la forma de ganarse la vida de los miembros de la familia, aunque también relata cómo algunos de ellos necesitan parte del dinero de Giacinto para poder subsistir. Una suerte de todos contra todos no importa cómo. En los últimos tiempos, la política de Salta parece impregnada por el espíritu de Giacinto con protagonistas concretos: Emiliano Estrada, Alfredo Olmedo, Carlos Zapata, Emilia Orozco y hasta el propio Juan Carlos Romero, quien se cuida de no aparecer en la superficie, pero sí de desestabilizar cualquier intento de convivencia armónica, aún en la disidencia o en la oposición.

El caso Estrada es paradigmático. En las últimas horas se conocieron casi doscientas hojas de chats desgravados entre el diputado nacional y su secretaria, donde claramente se preocupa de no incomodar al oficialismo nacional, sino de atacar de cualquier modo y a toda hora al gobierno provincial. No reparó en que los infundios que lanzó tuviesen algún asidero, sino que se fijó como objetivo demoler la reputación de figuras que a él no le simpatizan, o simplemente les tiene una particular inquina y hasta odio. Con la cantidad de problemas que tiene la provincia en los cuales un legislador nacional debería trabajar, a Estrada únicamente le interesa insultar, difamar o desestabilizar al gobierno de Gustavo Sáenz, el mismo que lo hizo diputado nacional en 2021.

De esta horrible madeja, surge también una cadena de complicidades que va mucho más allá de lo imaginable. Por ejemplo, no se nota a Estrada cerca de legisladores o dirigentes de Unión por la Patria, sino de Ahora Patria, es decir trabaja en conjunto con Romero, Zapata y Olmedo. Las declaraciones de Orozco y Estrada parecen calcadas e incluso casi lanzadas al mismo tiempo. Es decir, hay una coordinación que nunca se rompió y que en 2023 quedó plasmada en el frente Avancemos, que, aunque logró una magra cosecha electoral, se galvanizó en operaciones ocultas absolutamente impropias en un sistema democrático.

Las desgravaciones de Estada tienen propósitos muy concretos: Sáenz en primer lugar y a como dé lugar; Pamela Calletti y el intendente de Orán, Baltazar Lara Gross, un dirigente que viene creciendo paulatinamente y que evidentemente molesta y mucho, al longilíneo ofensor. Fue tan grande la sorpresa de Estrada cuando quedó en descubierto que tardó varios días en reaccionar. Nunca desmintió que todo lo que salió a la luz fuese falso y por el contrario se abroqueló en los argumentos que le brindó su abogado Jorge Ovejero, quien precisamente no es un kirchnerista, sino todo lo contrario ideológicamente.

A diferencia de otras noticas, las de Estrada no tuvieron mayor repercusión en el diario El Tribuno, sino que fue tratado, hasta con cuidado. Porque en realidad y esto se empalma con la generación de un nuevo intento de desestabilización al gobierno provincial; descubiertas las incontables fake news de Estrada, aparecieron los actores de más atrás. Juan Carlos Romero y el médico Fernando Saavedra, un galeno multimillonario cuya magnitud en billetes todavía nadie sabe explicar muy bien de donde salieron.

Romero, Saavedra y Estrada estarían por detrás del ataque al Instituto Provincial de Seguros y el propio Saavedra habría manifestado a propios y extraños que pretende ser en poco tiempo, el dueño de la salud de Salta. Es más estaría dispuesto a pagar la friolera de doce mil millones de pesos de contado. Parece que la ex AFIP o la nueva ARCA todavía nunca revisaron las cuentas del todopoderoso médico socio de Romero. En cualquier caso, y más allá de la casta política, son feos, sucios y malos en su forma de proceder. Nadie lo duda.

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