El Gobierno nacional anunció una serie de cambios en el tradicional Servicio Militar Voluntario, un programa que lleva décadas en funcionamiento, con el fin de atraer a más jóvenes que actualmente no estudian ni trabajan. La iniciativa busca no solo fortalecer las capacidades militares, sino también ofrecer una formación integral que abarque aspectos educativos, cívicos y profesionales.
Según fuentes cercanas a la gestión, la propuesta apunta a mejorar el perfil de los participantes, promoviendo su desarrollo personal y su preparación para su vida cotidiana y laboral. En ese sentido, el Ejecutivo ha ordenado una coordinación interministerial entre el Ministerio de Defensa, liderado por Luis Petri, y la cartera de Capital Humano, dirigida por Sandra Pettovello, para diseñar un plan de formación más completo.
Uno de los cambios destacados es la ampliación del rango de edad de los participantes, que ahora podrá incluir a mujeres y hombres de entre 18 y 28 años. Anteriormente, la edad máxima era de 24 años. Además, las autoridades remarcaron que el programa dejará de limitarse únicamente a la capacitación militar: será obligatorio haber completado la secundaria para poder participar en la instancia de formación avanzada.
Estas reformas buscan no solo modernizar el programa sino también convertirlo en una opción atractiva y útil para un segmento de la población que requiere mayor inclusión social y oportunidades de desarrollo. Sin embargo, todavía existen voces críticas que alertan sobre posibles inconsistencias en el proyecto y sus implicancias.