El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, lanzó una clara advertencia al presidente Javier Milei, al reclamarle un gesto más reflexivo hacia aquellos mandatarios provinciales que lo respaldaron desde los inicios de su gestión, como es su caso. “Nos apoyamos en herramientas clave para avanzar, hicimos todo lo posible para acompañar… y ahora nos ponen en la misma bolsa”, afirmó Sáenz, visiblemente dolido por los cuestionamientos recibidos.
Aunque aclaró que no se siente “traicionado”, reconoció que su situación no ha sido sencilla: “Durante las elecciones, dirigentes de La Libertad Avanza me difamaron. ¿Cómo esperan que los acompañemos si a mí me difaman?”, se preguntó.
El mandatario no esquivó el tema central: la visión gubernamental sobre el equilibrio fiscal. “El Gobierno está obsesionado con esa pata”, criticó, “pero hace falta un equilibrio institucional y social”, dijo, y apuntó al núcleo político que él define como el “Triángulo de Hierro” (Milei, Karina Milei y Santiago Caputo): “A muchos funcionarios les falta un baño de pueblo y humildad”.
En otros pasajes, Sáenz marcó su discrepancia con los vetos presidenciales a medidas claves como el aumento jubilatorio, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad. Sugirió redirigir fondos de los planes sociales otorgados a personas que ingresan al país sin residir formalmente para financiar los aumentos jubilatorios, calificando la situación como “una monstruosidad de dinero” . También advirtió que, mientras se espera la auditoría, “pagan justos por pecadores”.
Por último, en el marco de la puja por los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y tributos como los impuestos sobre combustibles, el gobernador defendió la idea de que los tributos restantes deben ser coparticipables. “A nadie le gustan los impuestos, y las retenciones son espantosas. Pero lo que quede, que sea compartido”, sentenció .
