La indignación y el dolor se apoderan de Arizona tras conocerse un caso de negligencia parental que terminó en tragedia. Christopher Scholtes, de 37 años, enfrenta cargos por asesinato después de que su hija Parker, de tan solo 2 años, muriera sofocada en un auto mientras él jugaba videojuegos.
Es difícil comprender cómo un padre puede olvidar a su propia hija por más de tres horas mientras se entretiene con una consola de juegos. La excusa de Scholtes de no querer “interrumpir el sueño” de la pequeña suena hueca y absurda frente a la gravedad de sus acciones.
Lo más alarmante es que este no parece ser un incidente aislado. Las hermanas de Parker revelaron que su padre las dejaba frecuentemente en el auto mientras él entraba a la casa, mostrando un patrón de negligencia que finalmente tuvo consecuencias fatales.
Erika Scholtes, la madre de la menor, es médica y cuando llegó de trabajar encontró el cuerpo sin vida de Parker en el auto. Intentó reanimarla de inmediato pero la nena ya estaba muerta. Christopher aseguró a las autoridades policiales que la había dejado durante media hora, pero las cámaras de seguridad revelaron que fueron más de tres.
Erika calificó lo ocurrido como “un gran error” y le pidió a las autoridades que lo dejen en libertad mientras espera el juicio: “Sólo pido que le permitan volver a casa para que podamos empezar el proceso de duelo, para que pueda enterrar a nuestra hija con nosotros la semana que viene y podamos pasar por todo este proceso juntos como familia”, le rogó al juez.