Tras una batalla judicial que se prolongó durante más de una década, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, es un hombre libre.
Como parte de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, este miércoles Assange se declaró culpable de un delito de espionaje frente a una corte federal de Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico Sur.
La jueza que presidió la audiencia le reconoció a Assange los cerca de 5 años que pasó encarcelado en Reino Unido, por lo que no quedó bajo custodia estadounidense y pudo recuperar su libertad.
Assange abandonó la corte sin hacer declaraciones y, según fuentes de WikiLeaks, llegará en las próximas horas a Canberra, en Australia, su país de origen. Este es el fin de un periplo que lo ha llevado a estar recluido durante 12 años: 7 de ellos en la embajada de Ecuador en Londres y otros 5 en una cárcel de máxima seguridad británica, de donde salió el lunes tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU. Assange estuvo acompañado en la corte por Kevin Rudd, actual embajador de Australia en Estados Unidos y exprimer ministro australiano.
“El trabajo de WikiLeaks continuará”
Los fiscales estadounidenses originalmente querían juzgar a Assange por 18 cargos, en su mayoría bajo la Ley de Espionaje, por la publicación en 2010 y 2011 por parte de WikiLeaks de documentos militares confidenciales de Estados Unidos relacionados con las guerras en Irak y Afganistán.
Wikileaks había publicado un vídeo filmado desde un helicóptero militar estadounidense que mostraba a civiles siendo asesinados en la capital iraquí, Bagdad.
También publicó miles de documentos confidenciales que sugerían que el ejército estadounidense había matado a cientos de civiles en incidentes no denunciados durante la guerra en Afganistán.
Pero tras el acuerdo con las autoridades de Washington, este miércoles Assange solo aceptó el delito de conspiración para obtener y revelar información de defensa nacional.
El fundador de WikiLeaks le dijo al tribunal que cuando publicó los archivos clasificados en 2010, era periodista y creía que estaría protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que cubre la libertad de prensa.
Después de la sentencia, el abogado de Assange, Barry Pollack, dijo: “El trabajo de WikiLeaks continuará y el señor Assange, no tengo ninguna duda, será una fuerza continua a favor de la libertad de expresión y la transparencia en el gobierno.
“Él es una voz poderosa y una voz que no puede ni debe ser silenciada”.
La audiencia tuvo lugar en el remoto archipiélago del Pacífico, ya que está mucho más cerca de la Australia natal de Assange que los tribunales federales estadounidenses de Hawái o de los Estados Unidos continentales.