Ha sido la gran creadora e impulsora de la identidad y sistema social que, como estado poseemos, entonces, ¿cómo no pensar en ella desde el momento cero? Si la vemos presente hasta en la creación de una norma, en la cotidianeidad, en el día a día de la sociedad. Aportando al desarrollo organizacional.
Hablar de cultura es hablar con sentimientos y a sabiendas de los grandes aportes que ha brindado al crecimiento de la sociedad argentina. Pero hoy los sentimientos se ven empañados de tragos amargos, porque la cultura se esta viendo afectada por quien debería enaltecerla, el gobierno que a crecido por una sociedad cultural, más allá de ello, desde allí siempre se ha manifestado una clara postura de rechazo ante esta área que tanto vinculo tiene con todo (educación, familia, normas, música, cine, religión, etc).
Escritores, traductores, editores, académicos, cantantes, Actores, involucrados en este debate donde la literatura, la Música y la Educación, que quieran o no, SON la CULTURA MISMA, la política es una Cultura… ¿Podemos pensar en vivir sin cultura?
Desde la campaña electoral se venia escuchando el famoso “Fuera”, olvidándose la gran influencia que la cultura misma representa desde lo más básico a lo critico como intervenir en áreas de salud (existan programas de intervenciones enlazadas en forma conjunta desde cultura a salud, quizás se pregunta ¿que tiene que ver una cosa con la otra?, hablamos de programas para jóvenes con adicciones, en tratamiento de recuperación, que con actividades de aportada desde el área de la Cultura, Musicoterapias que brindan su gran aporte a los tratamientos de niños con problemas neurológicos; danzas que aportan también a tratamientos para quienes padecen problemas de psicomotricidad) trabajo y esfuerzos conjuntos e individuales, por parte de profesiones que fuertemente están ligados a esta actividad.
La relación entre el gobierno del estamento nacional y la cultura empezó mal desde el vamos, cuando se presentó las Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos, más conocida como Ley Ómnibus o Ley Bases, la gran mayoría del sector se manifestó en contra. Entre los 664 artículos, varios impactaban en el funcionamiento de diferentes organismos culturales. Dos ejemplos notables: la derogación de la Ley 24800 de 1997 con la cual se creó el Instituto Nacional del Teatro y del Decreto Ley 1224 de 1958 que constituyó el Fondo Nacional de las Artes. Esto implicaba el cierre de ambas instituciones.
Ahora bien, entonces, hablar de cultura no es solo pensar en creencias, sino en la base fundamental para el crecimiento social, es pensar en derechos, en salud, en personas, en trabajo, se podría esquematizar con tantos elementos.
Des-financiación y los desafíos presupuestarios que enfrenta actualmente la Cultura afecta directa y notablemente también a la educación, sería redundar describir el porque y que también hace lo propio con la salud, las normas de convivencia, a toda la sociedad en sí.