La oposición había sancionado por dos tercios la ley que recomponía en un 8,1% los haberes jubilatorios y contenía una nueva fórmula de movilidad, sin embargo, el presidente Javier Milei acudió al vetó y la dejó sin valor, ya que desafiaba su plan de equilibro fiscal. Previo a la votación, la máxima autoridad del Poder Ejecutivo había expresado que rechazaría el proyecto en caso de ser aprobado.
Tras más de cinco horas de debate, el Senado le dio luz verde al proyecto en general, con 61 votos a favor, 8 negativos y ninguna abstención. Con un dato adicional de alto interés político: todos los senadores de Pro, salvo la cordobesa Carmen Álvarez Rivero, acompañaron el proyecto opositor. El resto del rechazo estuvo dado por los siete senadores de La Libertad Avanza. Minutos después se aprobó todo el articulado en particular con la misma mayoría. Solo hubo tres ausentes: Maximiliano Abad (UCR), Alejandra Vigo (Cambio Federal) y Silvina García Larraburu (UxP).
Fue el libertario Bartolomé Abdala quien presidió la sesión durante la sanción de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria. Lo hizo en reemplazo de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien evitó que las cámaras la mostraran como la cara visible de la derrota del oficialismo en el recinto.
Al no haber cambios, el texto no fue revisado por Diputados, una de las alternativas que buscaba el oficialismo para demorar la reforma. “Todo lo que vaya en contra de las cuentas públicas se va a vetar”, había confirmado el vocero presidencial, Manuel Adorni, en conferencia de prensa. También lo hizo el ministro de Economía, Luis Caputo, quien inmediatamente después de la sanción escribió en X: “El equilibrio fiscal es innegociable”.