Esta decisión marca un hito significativo en la historia de la Iglesia Católica en el país. Este cambio, que se hace eco de decisiones históricas pasadas, se fundamenta en la creación de la Diócesis del Tucumán en 1570 por San Pío V, cuyo establecimiento en la ciudad de Santiago del Estero señala la relevancia de esta región en el contexto religioso y cultural argentino.
Desde 1936, cuando Pío XI otorgó a Buenos Aires la sede primada, la ciudad ha ostentado un papel central en la jerarquía eclesiástica del país. Sin embargo, el reciente anuncio, divulgado por las Diócesis de Buenos Aires y Santiago del Estero, subraya la importancia de la historia y el legado espiritual de la zona que, por su origen, merece la restauración de su estatus primacial.
Este traslado no solo implica un cambio administrativo, sino que también simboliza un retorno a las raíces históricas de la Iglesia en Argentina. En un momento en que la Iglesia busca adaptarse a las realidades contemporáneas, esta decisión del Papa Francisco resuena con fuerza, invitando a la reflexión sobre la identidad y el patrimonio cultural de los pueblos. La restauración de Santiago del Estero como sede primada representa, así, un reconocimiento de sus fundamentos históricos y una reafirmación de su relevancia en la estructura eclesiástica actual.