Por primera vez el sacrificio vale la pena, dijo la esbelta diputada nacional Emilia Orozco recientemente a los medios, despertando no pocas reacciones de estupor e indignación ¿Cual sacrificio es el que sirve en este momento a los argentinos? Allí surge una colección para armar, porque son tantos que evidentemente dada su juventud e inexperiencia, hay que dar por seguro que la legisladora no sopesó el calibre de su afirmación. Podemos ver algunos de esos holocaustos, ofrendas, martirios, pesares, o como quiera llamárseles a losesfuerzos que hacen los argentinos que no son de bien ysuman más del 80% de la población, afligidos ypreocupados por su situación actual. Hay que recordar que para la lógica escatológica del presidente, ser un argentino de bien implica estar de acuerdo sin chistar con el ajuste más salvaje de la historia, según sus propias palabras. Las de Emilia también.
Si comenzamos por el precio de los medicamentos, que según el líder al que religiosamente sigue la diputada Orozco, los debería regular el mercado, subieron el 157% en el los dos primeros meses de gobierno libertario. A esta cadena deben adicionársele, los combustibles, las tarifas, los alimentos, la indumentaria, los colegios y así llegamos a una conclusión que ningún legislador ni militante de La Libertad Avanza puede ni podrá explicar jamás, cuando estamos en vísperas de una movilización nacional por la inminente desfinanciación de las universidades públicas. Eso sí, repitamos muertos de risa, hasta el hartazgo, licuadora y motosierra. Sobre todo porque los salarios y los ahorros de los argentinos, se fueron por el resumidero.La infraestructura del país, todos los días cruje un poco más, seguramente porque las rutas, los desagües, los diques y las viviendas saben que según el presidente que llora en el Muro de los Lamentos, y, se ríe de que no hay plata, manifestó que la obra pública se terminó para siempre. Nunca más obras públicas, afirmó el extraño de pelo largo que con satisfacciones va, igual que la canción setentista. Ni hablar de los recortes fantasmagóricos que realizo el presidente Excel ¿Milei? quien cambio la naturaleza humana, porque los argentinos nos convirtiéramos en una base de datos. Claramente errónea, eso sí.
Dos puntos clave no nos explica Emilia en sus penitas. El primero que la inflación, en el mejor de los casos se mantendrá entre seis meses y un año más entre el 8 o 9% mensual. Y mientras tanto viene el segundo punto, aún cuando bajara un poco más, el poder adquisitivo de los argentinos continuará en el sótano próximo a la indigencia, dado que un aumento de salarios para reactivarlo generaría una inexorable estampida de precios. Este es el programa anarco capitalista de base netamente financiera, que nada tiene que ver con el capitalismo productivista que ayuda a generar fuertes de trabajo y que un número muchísimo más nutrido de personas recuperase la dignidad. George Santayana, un gran filósofo del Siglo XX dijo que el fanatismo consiste en redoblar esfuerzos cuando se ha olvidado el objetivo. Cualquier parecido con la realidad, es pura casualidad. Tal vez le sirva esta reflexión a la diputada.