Las preocupaciones de Emilia

Mientras en Salta comienzan a calentarse los motores de largada para la inminente campaña electoral con miras a las elecciones provinciales de mayo próximo, no todos los eventuales competidores parecen tener la voluntad de superación de Franco Colapinto por ejemplo. Por eso se alejan de la Fórmula 1 y están más cerca de los karting. Han empezado a escucharse rumores que a la espigada diputada nacional Emila Orozco le han picado el boleto desde Buenos aires. Parecería que la joven rosarina no le despertó muchas simpatías al Jefe, Karina Milei. Eso pasó porque en el armado nacional que está embarcada Karina las 24 hs. del día, Lule Menem le recomendó que en los lugares donde el corral es chico, hay que abrir urgente la tranquera. La Libertad Avanza tiene como estrategia fortalecerse en todos los distritos del país y de pronto el jefe tuvo que soportar los siempre mal recibidos puteríos comarcales, que si este o el otro, y en cualquier caso la única quedaba adentro, en el caso de Salta por ejemplo, era Emilia.

Lule Menem sólo es el apellido. Hace años que en el Senado viene tejiendo y sabe tejer. Tratándose de un riojano, en el interior no toca de oído. Sino que fiel a sus ancestros árabes, hace de la desconfianza un culto y es difícil enrollarle el piolín, como suele decirse. Hasta el mismísmo Alfredo Olmedo podría quedar relegado en el armado ideado por el tándem Lule – Karina y de paso se la facturan a Emilia quien de tanto andar en el avión del aceitunero, comenzó a sufrir no los efectos del jet lag, sino del carozo, que como bien se sabe en el saber popular es duro y queda solito. No se digiere. El Jefe no se caracteriza por andar mirando a los costados cuando avanza, sino es más parecida a Colapinto acelera en curva, aunque sea cerrada. Tiene la ambición de llegar a la meta con la mayor cantidad de ayudantes en la escudería. Los que creían ser mileistas paladar negro no se dieron cuenta que hace casi un año terminó la campaña y ya se viene otra. Es que el vértigo de la política algunas veces marea a los que no son los dueños de los votos. Y Emilia se olvidó que de no hacer piso para concejal aterrizó como diputada nacional sin tocar tronera. O la tronera, el tacto y la bocha se llaman Javier Milei. Una cosa es ser el dueño del juego y otra que te inviten a jugar. Como te explico.

Tampoco cayó muy bien en las filas libertarias, que se caracterizan por ir al frente puteando a diestra y siniestra, como la curvilínea diputada esquivó algunos balazos que recibieron sus compañeros de bloque. Cuando baja la línea de combate los partidarios del León se pintan la cara y le ponen el pecho a las balas. Emilia parecería que a esas consignas las cambia por bailar pechito con pechito. Por eso no sorprende que ante ese panorama y con Lule y Karina con todas las pilas puestas, la diputada prefiera contar cuantos seguidores tiene en las redes. Si llega o no llega a treinta. Tragate esa aceituna. Y ahí nomas se viene la coplita carnavalera del Demonio de Humahuaca: de tanto contar carozos, el fruto no es aceituna/no importan lo seguidores/si Karina grita ahijuna/Cuidate del Lule Menem/que viene desde La Rioja/y a las redes sociales les hace la mariposa/Juntate algunos votitos/que nuca estarán demás/sino contado tus seguidores/solita  vas a quedar. UPAJAJÁ!!!!!

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