Con el lanzamiento oficial de la construcción de la prolongación de la autopista del Valle de Lerma que alcanzará un total de veintidós kilómetros más un canal fluvial, largamente esperado, de otros doce kilómetros más, el gobernador Gustavo Sáenz probablemente puso en marcha una de las obras icónicas de su gobierno. Cuando la autovía esté concluida se terminará definitivamente el largo calvario de automovilistas, visitantes y transportistas que deben circular penosamente en los meses estivales pro la actual Ruta Nacional 68, abandonada a su suerte hace mucho tiempo y que, además, atraviesa los pueblos de Cerrillos y La Merced con inocultables problemas de inundaciones y cortes desde La Merced hacia Sumalao, lo que costó incluso varias vidas humanas.
El viejo paso de agua conocido como camino Vera – Berruezo se transformará en una desdichada anécdota, así como las persistentes anegaciones del Camino de los Vallistos, otras de las rutas centrales de desplazamiento productivo en la que el barro y el agua hace estragos año tras año. Esta obra elude pasar por esos pueblos tan queridos por los salteños y turistas, mientras que el canal derivador de aguas permitirá concentrar todos los torrentes que bajan con fuerza inusitada desde el oeste hacia el este, con la consecuente afectación de cientos de hectáreas de sembradíos y caminos por donde circulan la producción del Valle de Lerma. Al haberse repavimentado la Ruta provincial 23, el inicio de esta obra tan esperada como soñada por muchos, viene a solucionar definitivamente la vida a miles de salteños que viven en la zona. Paralelamente esta inversión estratégica no sólo para el Valle de Lerma, sino que tiene impacto provincial, generará múltiples fuentes de trabajo durante su desarrollo pero ulteriormente la valorización de tierras altamente productivas en un lugar particularmente representativo de la producción local, pues la autopista penetrará en el corazón de la zona tabacalera de Salta. A la vez permitirá integrar la ciudad de Salta con El Carril en forma directa y rápida, con lo cual el anillo de integración del gran Salta se va ampliando de manera vertiginosa.

Si se analiza en conjunto, la mirada de Sáenz fue muy amplia, dado que un emprendimiento de estas características impacta en la ciudad de Salta, Cerrillos, La Merced, El Carril – Chicoana, Rosario de Lerma y Campo Quijano, ya de que de un modo u otro se verán favorecidas a través de un pensamiento integrado en el bien común que propone superar antinomias sin ideas concretas ni propuestas vacías de contenido. Por eso en su discurso el gobernador invitó generosamente a que los legisladores nacionales se unan sin miramientos a la concreción integral de este proyecto urbano que definitivamente cambia en forma radical el modo de vida de muchísimas personas y favorece decisivamente la producción y el turismo de
Salta. Con tono emotivo y la vista clavada en el horizonte el gobernador fue particularmente expresivo en sus palabras al convocar a construir una provincia sin pequeñeces y que tenga un programa de desarrollo sobre necesidades puntuales, generando la ecuación de que cada obra que se realiza debe tener por fin primordial el beneficio de la comunidad en su conjunto. La nueva autopista del Valle de Lerma no deja dudas sobre cuál es el propósito de Gustavo Sáenz en este sentido. Obras son amores y no buenas razones, dice la célebre obra de Lope de Vega.
