Oculistas de todo el país afirman que el PAMI , la obra social de jubilados y pensionados, paga hasta diez veces más por los lentes intraoculares utilizados en las operaciones de cataratas. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), uno de los dos gremios estatales de representación en todo el país, denunció sobreprecios en el PAMI en la compra de de lentes intraoculares.
“Desde el sindicato hemos comprobado la existencia de sobreprecios y el pago de retornos en la adquisición que la obra social hizo de lentes intraoculares para la operación de cataratas”, advirtió el dirigente Rodolfo Aguiar, jefe de ATE a nivel nacional, en redes sociales. Acompañó la publicación con la Licitación Pública 12/25, con compras a Implantec, MSZ, Centro Óptico Casin, Visión Médica y VSA Alta Complejidad, que alcanzan los $80.730.354.421.
Desde PAMI rechazaron el pago de sobreprecios. “PAMI no paga de más y el ejemplo es lo que pagan otros financiadores del sistema de salud. El costo de la prestación varía dependiendo de la cirugía que se realice y de la lente necesaria. En PAMI la lente más barata se abona $160mil más la práctica que la más baja es de $408mil, dando un total de práctica más lente igual a $568 mil. El mismo lente, con la misma práctica, la obra social del poder judicial por ejemplo lo paga $740mil y prepagas como Osde $1.148.016. PAMI paga más bajo en parte por los grandes volúmenes que trabaja”, señaló el organismo en un comunicado.
“Durante años, las cirugías de cataratas estuvieron rodeadas de prácticas sin control. No existía trazabilidad sobre los insumos, lo que hacía imposible verificar qué lente se colocaba ni si era el adecuado. La sustancia viscoelástica, indispensable para la seguridad del procedimiento, se fraccionaba entre varios pacientes en un mismo día quirúrgico, lo que implicaba un riesgo sanitario inadmisible. A esto se sumaban múltiples reclamos de afiliados por acciones antiéticas por parte de algunos oftalmólogos: prácticas sin comprobante, exigencias de dólares en efectivo y montos en negro que llegaron a superar el millón de pesos por un lente que ya estaba cubierto por el Instituto. Ese sistema, opaco y permisivo, favorecía a unos pocos prestadores en perjuicio de los jubilados”, explicaron desde el Gobierno.