Panamá inicia deportación de migrantes en vuelos financiados por EE.UU.

Panamá inició este martes la repatriación de migrantes indocumentados en vuelos financiados por Estados Unidos.

La medida se produce menos de dos meses después que el nuevo presidente del país, José Raúl Mulino, asumiera el cargo.

La campaña presidencial de Mulino incluyó la promesa de “cerrar” el Tapón del Darién, una peligrosa franja de selva que más de medio millón de migrantes cruzaron el año pasado con el objetivo de llegar a Estados Unidos desde Sudamérica.

El gobierno de Joe Biden sostuvo que se había comprometido a pagar los vuelos de repatriación como parte de sus esfuerzos para disuadir la migración irregular hacia Estados Unidos.

En virtud de un acuerdo firmado conjuntamente por el canciller panameño y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, Washington se comprometió a destinar US$6 millones para ayudar a Panamá a financiar equipos, transporte y logística para “expulsar a los extranjeros que no tienen una base legal para permanecer” en el país centroamericano.

La inmigración es un tema clave en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, que tendrán lugar en noviembre, y el flujo de migrantes que llega a su frontera con México se está siendo siguiendo de cerca.

520.000 personas atravesaron el Darién en 2023

El acuerdo con Panamá pretende reducir el número de personas que llegan a la frontera de Estados Unidos al detenerlos más al sur.

El Tapón del Darién, una extensión de selva que se extiende entre Colombia y Panamá, es un atasco natural para quienes se dirigen de América del Sur a América del Norte.

Se estima que en 2023 unas 520.000 personas realizaron el peligroso viaje a pie, muchas de ellas tuvieron que pagar a bandas organizadas que se aprovechan de quienes emprenden la travesía.

El presidente Mulino, quien prometió reducir el número de migrantes que transitan por Panamá, calificó de “triste” la situación.

“La mayoría son de Venezuela”, señaló. “Son seres humanos… hay familias destrozadas, niños de 5 o 6 años cuyos padres han muerto en la travesía. Ni siquiera sabemos quiénes son ni cómo se llaman”.

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