Recibir al sol, saludablemente

Para reducir el impacto de la radiación ultravioleta que recibe la piel, y de ese modo disminuir los daños que provoca, debemos utilizar los protectores solares. Éstos son clasificados según su Factor de Protección Solar (FPS), que determina el nivel de defensa que ofrecen contra los rayos UV.

Cómo elegir el producto adecuado
En primera instancia es importante saber que las pieles más claras se enrojecen más rápido y se broncean con mayor dificultad, necesitan protectores con factores de protección más altos.

Los protectores solares deben ser eficaces contra los rayos UV A y UV B, y ello debe estar aclarado en su envase. El número de factor de protección solar (FPS) mide la efectividad del producto para prevenir las quemaduras por los rayos UV B.

Antes de exponerte al sol, recordá:

  • No te expongas al sol entre las 10 y las 16 horas. Como medida práctica, sentite seguro cuando tu sombra sea mayor que la altura de tu cuerpo.
  • No expongas directamente al sol a niños menores de un año. En las playas y piletas, protegelos mediante la utilización de carpas y sombrillas.
  • Los rayos solares se reflejan en la nieve, en el agua y en la arena. Por lo tanto, es imprescindible contar con la protección adecuada.
  • Antes de utilizar el producto, no te olvides de leer las advertencias e instrucciones de uso contenidas en el rótulo.
  • Utilizá el protector solar incluso los días nublados.
  • Aplicalo en la piel 30 minutos antes de exponerte al sol.
  • No olvides colocarte protector solar en las partes sensibles como: partes calvas de la cabeza, orejas, cuello, nariz, empeines de los pies y manos.
  • Usá protector labial.
  • Utilizá un sombrero que proteja no sólo la cabeza, ropa y anteojos, sino también las orejas.
  • Independientemente del lugar de residencia, todos necesitamos protegernos del sol, y en especial aquellas personas que por su trabajo estén más expuestas a él.

Todos los protectores solares, aún los resistentes al agua, deben ser reaplicados luego de:

  • Nadar o bañarse.
  • Transcurridas dos horas desde la última aplicación.
  • Secarse con toalla (después de practicar deportes o salir del agua).
  • Hacer ejercicios físicos o transpirar en exceso.

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