En un evento celebrado en la Usina Cultural y conducido por Oscar Humacata, se presentó la reedición del libro “El Nombrador” del célebre poeta salteño Jaime Dávalos. Esta nueva edición, a cargo de Aráoz Ediciones, cuenta con la compilación realizada por su hija, la reconocida cantante y pintora Julia Elena Dávalos, y un prólogo escrito por Abel Cornejo. La presentación fue transmitida por Radio Nacional Salta.
En la mesa de presentadores estuvieron Abel Cornejo, Francisco Aráoz y el nieto de Jaime Dávalos, Juan Casabella Dávalos.
Más de cien personas asistieron al evento, disfrutando de shows en vivo de la banda de música Los del Predio. Abel Cornejo también ofreció una interpretación en solitario y luego se unió a la banda para una actuación conjunta.
Cornejo expresó sobre el particular: “Sería muy poco decir que tengo el honor de prologar esta reedición de ‘El Nombrador’ de Jaime Dávalos, porque a veces las palabras no alcanzan a describir la vastedad de las emociones, ni las de la admiración. Lo hago desde otro lugar, que se remonta a mi infancia y juventud, cuando escuchaba interpretar ‘El Jangadero’, ‘Resolana’, ‘Vamos a la Zafra’, ‘Pato Sirirí’, ‘Canción para Dormir a una Muñeca’ y tantas otras que su poesía, musicalizada en muchos casos por la maestría de don Eduardo Falú, ingresaba a esas noches perfumadas de azahares o en los fogones de las guitarreadas”.
Jaime Dávalos no se puede ubicar en ningún movimiento literario, afortunadamente, por la sencilla razón de que él era único. Cornejo describió a Dávalos como un poeta caudaloso como los crecidos ríos que bajan por las quebradas del Valle de Lerma en la época estival, que hacen estremecer la tierra con el ruido de sus cantos rodados. “Acaso porque la arena es piedra vencida, afirmó un poeta, como Martín Aleman Mónico. Y como si viniese desde el origen de los tiempos, tuvo un amor infinito por un valor que toda su obra trasunta, que es la libertad. Nadie podrá negarle a Jaime Dávalos su íntima convicción de hombre libre, de soñador de las estrellas y de inspirarse con el alma henchida, desplegada en esos versos pletóricos en metáforas que le venían de la propia naturaleza”, añadió Cornejo.