Hace veinte años la historia de Romina Tejerina, una joven de 19 años que fue condenada por el asesinato de su propio bebé, tocó profundamente a la opinión pública y a los movimientos feministas en Argentina. La justicia la sentenció a 14 años de cárcel por “homicidio agravado por el vínculo”, en un caso que se convirtió en símbolo de la lucha contra la violencia de género y a favor del derecho al aborto legal.
Contexto del incidente
El 1 de agosto de 2002, Romina fue a buscar a su hermana menor, Erica, a una bailanta en los alrededores de San Pedro de Jujuy, localidad donde residía junto a su familia. En ese lugar, fue abordada por un vecino, Eduardo Vargas, conocido como “Pocho”, quien era mayor que ella, con 40 años en comparación con sus 19. Según la denuncia, Vargas la sometió a la fuerza y la llevó a un descampado, donde presuntamente la violó.
A partir de ese episodio, Romina confesó que quedó atormentada por el miedo y la vergüenza. Compartió su temor con su hermana menor, pero ante la dificultad de acceder a atención médica sin autorización paterna, decidió ocultar su situación.
El embarazo y el desenlace fatal
En medio de su angustia, Romina intentó disimular su embarazo mediante vendas y laxantes. El 23 de febrero de 2003, en su vivienda, dio a luz en el inodoro del baño. A continuación, colocó a la bebé en una caja de cartón y le asestó varias puntadas, heridas que le provocaron lesiones en la cabeza y el cuerpo.
Su hermana, que la ayudó, la llevó al Hospital Guillermo Páterson, donde la pequeña, llamada Milagros Socorro, fue atendida, pero falleció a causa de una hemorragia cerebral dos días después. La investigación judicial calificó el hecho como un homicidio agravado por el vínculo y violencia de género.
Juicio y sentencia
Poco tiempo después, Romina fue arrestada y sometida a un proceso judicial. El 10 de junio de 2005, los jueces de la Cámara Penal de Jujuy la condenaron a 14 años de prisión, en una decisión que generó un amplio debate social y volvió a poner en discusión los derechos de las víctimas de abusos sexuales y las garantías legales en casos de violencia extrema.
Legado y reflexión
A veinte años de su condena, el caso de Romina sigue siendo un símbolo en la lucha por los derechos reproductivos, la legalización del aborto y la protección contra la violencia de género en Argentina. La historia revela las dificultades que enfrentan muchas víctimas en situaciones similares y la necesidad de un sistema de justicia más sensible y justo.