En la madrugada, un fuerte sismo de magnitud 5.5 en la escala de Richter sacudió el norte de la provincia de Jujuy, Argentina. Este movimiento telúrico, registrado a las 3:55 según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), tuvo su epicentro a más de 200 kilómetros de la capital provincial, en una zona limítrofe con Bolivia. La Quiaca, la localidad más cercana al epicentro, a solo 51 kilómetros, sintió el sismo como un temblor moderado.
El impacto del sismo se percibió en diversas regiones, incluyendo las provincias de Salta y Jujuy, así como en el sur de Bolivia y el norte de Chile. Este tipo de eventos sísmicos, aunque comunes en regiones con actividad tectónica, suelen generar inquietud entre la población. En esta ocasión, la reacción de los residentes fue rápida, con muchos saltando de la cama ante la sacudida. A pesar de la magnitud del sismo, afortunadamente, no se reportaron daños materiales significativos ni víctimas.
En la misma madrugada, otro sismo de menor intensidad, magnitud 3.1, fue registrado en San Juan, a cerca de 40 kilómetros de Barreal. Este evento ocurrió a las 05:51 horas, a una profundidad de 131 kilómetros, generando menos alarma en comparación con el temblor en Jujuy.
Los sismos son recordatorios de la actividad tectónica de la región, y la respuesta inmediata y adecuada de la población es crucial para la seguridad en tales situaciones. La coordinación entre instituciones y el conocimiento sobre protocolos de seguridad son fundamentales para mitigar los efectos de futuros temblores.

