Paula Salto, una corredora incansable, ha dedicado las últimas décadas a una búsqueda que fue más allá de los maratones: encontrar a su hijo Sebastián, quien nació en 1988 y fue dado en adopción. Tras 36 años de lucha y perseverancia, finalmente logró lo que parecía imposible.
Nacida en Quimilí, Santiago del Estero, Paula tuvo una vida marcada por dificultades. Desde la pérdida de su madre a los seis años hasta el maltrato sufrido en su relación de pareja, vivió circunstancias extremas que la llevaron a tomar la dolorosa decisión de dar a su hijo en adopción. Sin embargo, nunca perdió la esperanza de volver a verlo.
El running fue su salvación. Paula participó en más de 40 maratones en todo el país, exhibiendo en su remera datos clave: “Sebastián nació el 18 de octubre de 1988 en el Hospital Durand”. Así visibilizaba su búsqueda. Su dedicación generó una gran red de apoyo, personas que compartieron su historia en redes sociales, hasta que, un día, sus esfuerzos dieron fruto.
El maratón de Buenos Aires fue el escenario donde su vida cambió para siempre. Amigos de Sebastián, que habían visto la historia de Paula en los medios, lo animaron a contactarla. Tras una llamada y el envío de su acta de nacimiento, ambos confirmaron lo que siempre habían deseado: eran madre e hijo.
Una semana después, se encontraron en una plaza de Belgrano. Hablaron durante horas, compartiendo detalles de sus vidas, sin reproches ni resentimientos. “Soy feliz”, expresó Paula. Sebastián, por su parte, le aseguró que no había nada que perdonar, marcando un cierre lleno de amor para una historia que comenzó con dolor, pero que terminó en reencuentro.
