El reciente operativo de la Policía en Catamarca ha sacado a la luz un turbio episodio en el que tres individuos fueron detenidos mientras transportaban más de 54 kilos de cocaína en un vehículo disfrazado como ambulancia. El suceso se produjo en el puesto de control El Portezuelo, ubicado en la ruta nacional 38, a pocos kilómetros de San Fernando del Valle.
Según las autoridades, los detenidos pretendían eludir los controles de seguridad haciendo pasar el transporte como un traslado de pacientes. Sin embargo, la realidad fue mucho más inquietante: en lugar de un enfermo, la narcoambulancia contenía 48 panes de cocaína de máxima pureza. La cantidad y calidad de la droga sugiere que esta operación de tráfico de estupefacientes estaba bien organizada y tenía como objetivo satisfacer un mercado ávido.
La figura de un “enfermero” involucrado en la operación plantea serias preguntas sobre la infiltración del narcotráfico en instituciones de salud y el uso de vehículos de emergencia para actividades ilícitas. Este tipo de maniobras no solo pone en riesgo la seguridad pública, sino que también socava la confianza en los servicios de salud, que deben ser un santuario de asistencia y cuidado.