Después de varios intentos sucesivos, el Congreso de Colombia aprobó este martes una ley que prohíbe las corridas de toros en el país.
Con 93 votos a favor y 2 en contra, la Cámara de Representantes le dio el sí definitivo al proyecto de ley que prohíbe las corridas de toros en Colombia, además de otros tipos de “entretenimiento cruel con animales” como el rejoneo, las novilladas y las becerradas. Este avance histórico marca un hito en la protección animal y la transformación cultural del país.
La siguiente etapa consiste en conciliar el texto aprobado en la Cámara con el previamente aprobado en el Senado, un trámite que se espera sea sencillo, para que posteriormente pase a sanción presidencial. La nueva legislación concede un plazo de tres años al gobierno para ofrecer alternativas económicas a las personas que actualmente trabajan en la tauromaquia y prevé que las plazas de toros se transformen en escenarios aptos para eventos culturales y deportivos. La prohibición de las corridas de toros entrará en vigor en 2027.
El presidente Gustavo Petro celebró la noticia desde su cuenta de X. “Felicitaciones a quienes por fin lograron que no sea un espectáculo la muerte. Quienes se divierten con la muerte de animales terminarán divirtiéndose con la muerte de seres humanos; como los que queman libros terminarán quemando seres humanos”, escribió.
Con esta prohibición, Colombia se suma al grupo de países que rechazan la tauromaquia a nivel nacional, dejando solo a siete naciones en el mundo donde estas prácticas aún están permitidas: Ecuador, México, Perú, Portugal, Venezuela, España y Francia.
El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, entidad autora de esta iniciativa junto con la senadora Esmeralda Hernández y el representante Alejandro García, celebró la decisión como un paso significativo en pro de la vida. La nueva legislación también está alineada con la Ley de Cultura, que prohíbe inscribir en la lista de Patrimonio Cultural del Ámbito Nacional prácticas que conlleven crueldad animal.
Esta aprobación, que se dio tras cuatro intentos de votación en la plenaria de la Cámara y numerosas solicitudes de archivo y aplazamiento, es histórica. Durante la última década, numerosas iniciativas similares habían sido rechazadas, pero hoy se logró gracias a la articulación de distintos partidos e instancias, incluyendo asociaciones de animalistas y defensores de la vida.
El proyecto pasará ahora a la etapa de conciliación y, posteriormente, a la sanción presidencial, marcando así un avance significativo en la protección de los derechos de los animales en Colombia.