“¿Estamos mejor que en el ‘94? La respuesta es que no”
Faltan apenas unas horas para que se cumplan 30 años de la trágica explosión que le costó la vida a 85 personas en el corazón de Once. En el mismo lugar, en un edificio reconstruido, las reuniones no paran. Representantes de todo el mundo llegan para estar presentes en el acto aniversario. “El terrorismo sigue, la impunidad también”, dice el lema de la convocatoria.
El residente de la institución, Amos Linetzky, y el abogado Miguel Bronfman, que lleva 27 años representando a la entidad en la causa, analizaron la investigación, la posibilidad de avances, el crecimiento del antisemitismo y las respuestas que adeudan los tres poderes del Estado
“El reclamo es el mismo, más que nunca este año, donde hemos visto lo que pasó en el pogrom del 7 de octubre”, dice Linetzky. “Y es el mismo factor de fondo, no son temas separados: la misma matriz de odio, la intolerancia, quien está detrás de todos estos actos es el mismo. El factor común es muy claro. Nuestro reclamo no puede claudicar y el paso del tiempo lo agrava más. Obviamente, con un enfoque de abrazo simbólico a las familias que a 30 años siguen reclamando. Muchos ya dejaron este mundo sin ver justicia”, reflexiona.
La causa AMIA está cruzada por esa sensación de falta de Justicia. Bronfman repasa una y otra vez los detalles de una investigación en donde llevó adelante dos juicios orales (el de la llamada conexión local y el segundo debate contra el reducidor de autos Carlos Telleldín) que terminaron con absoluciones, mientras seguía las instancias de lo que fue la investigación de la investigación: el expediente por las irregularidades que terminó en condenas para los primeros responsables de la causa. Se opuso con firmeza a la firma del Memorándum con Irán y ahora mira desde lejos el debate que promete abrirse sobre la posibilidad del llamado juicio en ausencia. Sabe que todo llevará mucho tiempo y que hoy la causa tiene otras urgencias.