Ausencia

No es simplemente un tango del recordado Carlos Gardel, también significa alejarse, separarse, desaparecer, marcharse, partir o abandonar. Esta última palabra la hace siempre más dolorosa y llamativa a la ausencia: de abandonar el amor, una pasión, una profesión; pero en lo que al pueblo le interesa, también se abandonan los ideales, los principios y determinados patrones de conducta. También hay otra acepción de ausencia y es la de esfumarse. Llamativa, por cierto. Es en realidad lo que hizo, la pelilarga diputada nacional Emilia Orozco, quien adujo un mal pasajero, que podría haber sido desde un súbito desmayo hasta la colocación de una inyección, con tal de no haber participado en el debate y votación en la que la ley denominada de Ficha Limpia, para que no puedan ser candidatos los prontuariados, se aprobase. Emilia, con su ausencia, facilitó, por pocos votos el rechazo de una iniciativa saludable para la política y la democracia, cuya iniciativa pertenecía al PRO. Después de esa derrota, esta última agrupación es difícil que retome su relación anterior con el gobierno de Javier Milei, quien, a su vez, cuando asumió el mandato presidencial, había anunciado su apoyo a la Ficha Limpia con bombos y platillos.

Emilia también es esfumó de la responsabilidad por aquella visita a los más selecto de los represores que se encuentran detenidos por la comisión de crímenes de lesa humanidad. Dio uno y mil giros para tratar de explicar que ella no había sido una de las autoras de la iniciativa y finalmente quedó atrapada en sus propias palabras (¿mentiras?) Otro desplazamiento errático tuvo con el voto a favor de la ley Bases en lo que se refiere al impuesto al tabaco, donde finalmente quedó en posición absolutamente opuesta a los intereses económicos de la Provincia y la región, en momentos que desde la Corte Suprema y la nueva agencia recaudadora bautizada ARCA quieren cobrarle a Pablo Otero, El Señor del Tabaco, la suma de U$S 1.700.000.000 por evasión impositiva. Tampoco le esquivó al bulto, pese a ser egresada de la Universidad Nacional de Salta, para referirse en duros términos a esa casa de altos estudios y votar en contra del presupuesto universitario, lo que le valió ser declarada persona no grata, junto al incombustible agresor de los intereses salteños Carlos Raúl Zapata, conocido en los mentideros políticos como el Dr. Chapatín.

Emilia tiene un proyecto político ascendente. Se rumorea que puede presentarse como candidata a senadora provincial en las elecciones del 4 de mayo y se adjudica para sí la representación de La Libertad Avanza en Salta. No se sabe a ciencia cierta si es autopercibida interpretación es cierta por su pasado inmediato. Fiel a los designios de su verdadero líder, el aceitunero Alfredo Olmedo, lo que en salta sigue llamándose Ahora patria y no la Libertad Avanza, fue mutando. Primero se aliaron con Jorge Guaymás para apoyar a Sergio Masa. Después hicieron un pacto de complicadísima explicación con Emiliano Estrada con la consigna de ser mileístas kirchneristas en Buenos Aires para justificar su antisaencismo en Salta. Lo cierto es que la opinión pública quedó tan confundida que los votos que obtuvieron había que contarlos con los dedos de una mano. Por lo tanto, no está claro que representa Emilia. Pregona modelos éticos, pero se descompone cuando tiene que votar ficha limpia. Dice que tiene un pensamiento nuevo y sin embargo organizaba el posible indulto a detenidos por crímenes aberrantes. Egresó de la Universidad Nacional de Salta y luego la execra. Dice defender los intereses de Salta y elige como referente al Señor del Tabaco que además de ser un evasor serial y amenazante, importa tabaco de Brasil. Tal vez, en vez de Ausencia el tango que debería cantar Emilia es Nostalgia, no vaya a ser que se quede con la última estrofa que dice: Yo no quiero rebajarme/Ni pedirle, ni llorarle/Ni decirle que no puedo más vivir/Desde mi triste soledad, veré caer/Las rosas muertas de mi juventud. Enrique Cadícamo, su autor, decía que las letras tangueras son profecías…

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