Hace tres semanas había descripto al programa económico de Caputo como “de transición” y la semana pasada criticó como “error comunicacional” los anuncios del ministro y del presidente del Banco Central, sobre el inicio de la “Fase 2″ del gobierno, que había anticipado el propio presidente.
A partir de hoy dejo el Consejo de Asesores del presidente. Quiero agradecer al presidente @JMilei por la gran oportunidad de participar en este Consejo como también a @dreidel1 y al resto de sus miembros. Les deseo a todos el mayor de los éxitos.
Así, con pocas e incluso repetidas palabras el economista Fausto Spotorno renunció al Consejo asesor presidencial, que hasta hoy integraba junto al jefe del mismo, el físico, matemático y economista Demián Reidel y los economistas Ramiro Marra, Eduardo Bastitta, Ariel Coremberg y Miguel Boggiano.
La suerte de Spotorno, quien durante muchos años se desempeñó como economista jefe del Estudio OJF, de Orlando Ferreres y Asociados, tal vez estaba echada desde hace tres semanas, más precisamente el domingo 16 de junio, cuando en una entrevista en “Radio con Vos” calificó el programa económico del actual ministro de Economía, Luis Caputo como “de transición”, al cabo del cual vendría uno “más mileísta”.
“Veo bien la foto de la economía. Esto es un programa económico claramente de transición incluyendo una parte de la ley Bases. Me parece que aquel que piensa que esto es un éxito y cambia la Argentina de punta a punta, diría que no, le falta.
Habilita cosas como el RIGI, que pueden ser herramientas que pueden andar pero hay que ver cómo se ejecutan”, dijo Spotorno, en declaraciones que probablemente incomodaron no solo al equipo económico de Caputo sino también al gobierno en su conjunto, en la medida que echaban una sombra de duda sobre la estabilidad y las perspectivas políticas de una figura clave como el ministro de Economía justamente en una etapa en que el mercado había empezado a dar señales negativas (aumento del dólar y del riesgo país, dificultades del Banco Central para hacerse de dólares) y un importante número de economistas profesionales criticaban la solidez de la política económica, la sostenibilidad de la política cambiaria (en particular, del “crawling peg” o pauta de aumento del dólar oficial al 2% mensual, muy por debajo de la tasa de inflación) y el diferimiento por tiempo indefinido del levantamiento del cepo y de la reducción de tributos como el impuesto PAIS y las retenciones a la exportación.
Las declaraciones de Spotorno fueron a la vez inoportunas porque antecedían a la designación, finalmente concretado el viernes pasado, de Federico Sturzenegger como ministro de “Desregulación y transformación del Estado”, visto por no pocos analistas como un potencial reemplazo de Caputo y con una visión ideológica más identificada con el presidente Milei, quien lo suele llamar “Coloso”.
Spotorno trató luego de rebobinar sus palabras, para no generar sospechas o discordias, pero la semilla de la desconfianza estaba puesta. Y para peor, la semana pasada, en medio de la muy negativa respuesta de los mercados al anuncio del viernes 28 de junio del inicio de la “Fase 2″ del programa económico por parte de Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, volvió a hacer declaraciones críticas sobre esos anuncios, que habían respondido -nada menos- que, a palabras previas del propio presidente, Javier Milei.
En las declaraciones de mediados de junio Spotorno había dicho: “La clave de todo el programa es el ordenamiento del déficit fiscal. La idea de tener un ajuste fiscal es parte de cualquier plan económico hoy en la Argentina, es nuestro talón de Aquiles, todas nuestras crisis fueron fiscales de alguna manera. Si el Gobierno logra sostener el superávit fiscal, el programa va a tener éxito en esta primera parte, en ordenar las cuentas”.
Eso sí, en línea con el discurso de Milei y Caputo Spotorno había también anticipado que el cepo cambiario no se levantaría este año, pero había complicado las cosas al ponerse a opinar sobre como debería ser la futura convivencia entre Caputo y Sturzenegger, a quien describió como “otro economista de fuste pensando en desregulación y cosas de largo plazo”