El Gobierno argentino ha decidido no proceder con la cobertura de las vacantes en la Corte Suprema hasta después de las elecciones, una situación que ha suscitado preocupación y análisis en el ámbito político. La reciente renuncia de Manuel García-Mansilla no sorprendió a las autoridades de la Casa Rosada, quienes han optado por esperar a que se confirme una nueva composición en el Congreso antes de presentar nuevos pliegos para el nombramiento de magistrados.
La oposición, en un movimiento estratégico, logró reunir el quórum necesario para llevar a cabo la sesión en la Cámara de Senadores, donde se debatieron los pliegos de García-Mansilla y de Ariel Lijo, el otro candidato nominado por el Poder Ejecutivo. Sin embargo, con la renuncia de García-Mansilla, la Corte Suprema se encuentra nuevamente con solo tres integrantes: Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz. Esta es una situación inusual que se remonta a finales de diciembre de 2023.
Por otro lado, el candidato presidencial Javier Milei ha comenzado a intensificar su campaña electoral, grabando un spot de campaña junto al economista Carlos Adorni, con miras a las elecciones porteñas. Este movimiento refleja la dinámica política actual en Argentina, donde las decisiones estratégicas del gobierno y las acciones de la oposición impactan de manera significativa en la jurisprudencia y composición del máximo tribunal del país.
El futuro de la Corte Suprema y el equilibrio de poder en las instituciones judiciarias argentinas continuarán siendo un tema crucial durante este periodo electoral. Las decisiones que se tomen, tanto en Casa Rosada como en el Congreso, serán clave para definir el rumbo del poder judicial en Argentina y su relación con el Ejecutivo y la sociedad.