Una pareja de católicos debe enfrentarse a una difícil decisión: el matrimonio o el trabajo. Eso se debe a que la Iglesia les prohibió casarse, ya que ambos son empleados del Instituto para las Obras de Religión (IOR), también conocido por ser el Banco del Vaticano.
Justamente, se conocieron por trabajar juntos y, luego de un tiempo, decidieron formalizar la relación con la celebración de sus nupcias. En ese sentido, al ser los dos profesantes de la misma fe, quisieron llevar a cabo una ceremonia acorde a su religión.
Sin embargo, una nueva norma que entró en vigor en el Banco del Vaticano establece que “está prohibida la contratación de cónyuges, consanguíneos hasta el cuarto grado y afines en primer y segundo grado, según el cómputo canónico, de personas y administradores dentro del Instituto”, según recogió el medio italiano Il Messaggero.
Sumado a esto, aclara que tampoco están permitidas las uniones entre empleados del IOR con los trabajadores de “otras administraciones del Estado de la Ciudad del Vaticano”, siendo que “constituye causa de pérdida de los requisitos de contratación”.