A través de un posteo de la Oficina del Presidente, el Gobierno informó este lunes que Javier Milei decidió disolver la Agencia Federal de Inteligencia y volver a un esquema previo que reivindica la SIDE, la anterior Secretaría de Inteligencia del Estado.
El cambio, según el argumento oficial, se debió a que la AFI -nomenclatura que el kirchnerismo le puso a la casa de los espías tras el crimen del fiscal Alberto Nisman- fue “utilizada para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica“.
“La proliferación de estas conductas constituyó una deuda con el sistema democrático y republicano que hoy comenzamos a saldar”, señaló el Presidente desde su oficina virtual.