Operativo ambulancia

La foto del ex gobernador Juan Manuel Urtubey con el intendente de Pichanal, Julio Jalit, es una postal ilustrativa de quienes no comprendieron que en la Argentina se está produciendo un cambio estructural en la cultura política, donde la gente decidió apostar a figuras diferentes a las que durante mucho tiempo detentaron el poder. Dirían algunos periodistas fue la menos disruptiva de las fotos. Es probable que su alocada carrera de posicionamiento, a como dé lugar, el ex mandatario haya decidido lo que en la jerga automovilísitica se llama “acelerar en la curva”, es decir apretar con el pie a fondo para tomar más velocidad sin medir las consecuencias. Ya no las midió cuando en una decisión insólita se bajó de su candidatura presidencial, por falta de repercusión en los números de los muestreos y decidió acompañar en la fórmula a Roberto Lavagna, como candidato a vicepresidente, dinamitando lo que hasta ese momento había sido un acierto político a futuro que era la alianza que tenía por protagonistas al ex gobernador Juan Schiaretti, a Miguel Angel Pichetto y a Sergio Massa. 

En esa oportunidad tanto Schiaretti como Massa, hábiles observadores de las encuestas, coincidieron que la intención del espacio era la mejor, pero no resultaba competitivo en términos electorales y tomaron otros rumbos. El tiempo les dio la razón. Cuatro años más tarde,  Massa estuvo a tres puntos de ser presidente y Schiaretti, sin estructura alguna, logró sacar una cantidad de votos, que los candidatos Massa y Milei lo tomaron especialmente en consideración para el balotage de noviembre del año pasado. A contramano de la historia, Juancito intentó volver a ser, pero murió en el intento porque nunca logró que los números de las encuestas arrancaran. Quedó finalmente en la inanidad.

​Urtubey decidió tomar otro camino. Se fue de Salta en sus dos últimos años como gobernador, no construyópoder, no fue candidato y además en la última elección que dirigió personalmente su candidato Andrés Zottosresultó derrotado, lo que motivó que anticipara el resultado de los comicios en una fugaz aparición televisiva, antes de que hubiese datos oficiales. Toda una curiosidad. Corría entonces el año 2017. Desde allí nunca más volvió a probar suerte y como si todo esto fuese poco nunca explicó a dónde fueron a parar los millones del Fondo de Reparación Histórica, que de haberse invertido en su totalidad, probablemente, la realidad no lo pondríaen el actual escenario, sino en otro bien distinto. Es del caso recodar que obras recientemente realizadas como el alteo del dique El Limón o la construcción de una cisterna para abastecimiento de agua a la ciudad de Tartagal, se podrían haber hecho hace diez años, justamente con el Fondo de Reparación Histórica. Ese fondo fue para costear la campaña a senador del gran hermano Rodolfo “El Tolo” Urtubey. Así nos fue.

Sin embargo, el ex gobernador volvió a arremeter en la arena política a sabiendas que cuenta con un altísimo porcentaje de imagen negativa, que no ha logrado mejorar desde que abandonara el poder. Algunos dicen que supera el 70% al igual que la de Alfredo Olmedo y Juan Carlos Romero. ¿Qué los une a estos tres dirigentes? La ambición de postularse como senadores nacionales en 2025. Más allá de las apologías o rechazos que despierte la figura de Javier Milei, lo que resulta indiscutible es que la sociedad argentina en su conjunto, apostó por un cambio diametral en las elecciones de noviembre, circunstancia de la que no se han notificado algunos dirigentes políticos que durante largos años ostentaron el poder. La foto de Urtubey unido a Jalit es el fiel reflejo de lo que venimos diciendo. Es decir afirmar una cosa y hacer otra, o bien, unirse en el desgaste para ver si uno más uno es dos, aunque ya sabemos que la aritmética en política no es precisamente una ciencia exacta, a veces el orden de los factores si altera el producto y con mucho mayor razón en el caso de políticos que no consiguieron reconciliarse con el electorado. El álgebra en matemáticas tiene un significado, pero en paleontología tiene otro: es el  arte de restituir a su lugar los huesos dislocados. Quien quiera entender que entienda.

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