Hace casi treinta años, el slogan de la campaña de la reelección presidencial de Carlos Menem, era “Menem lo hizo”, frase que con el tiempo fue utilizada para referirse a diferentes situaciones, en su mayoría en tono de broma, cuando se trataba de algo era estrafalario o ridículo. Ayer “Romero lo hizo”.
En medio del peor ajuste económico que recuerde la historia argentina, con salarios empobrecidos, jubilados indigentes, precios por las nubes y una inflación que aún no cesa, el senador nacional fue la voz cantante para pedir en una extrañísima sesión, al margen de lo que ordena el reglamento de la cámara de Senadores, un exorbitante aumento de sueldos, que justo es decirlo, fue votado por la totalidad del cuerpo. Legisladores de La Libertad Avanza incluidos, pese a que luego trataron de despegarse del vergonzoso episodio.
El senador Juan Carlos Romero hace rato que está fuera de timing político y lo que es mucho más grave, es que se nota. Por ejemplo hace pocos días Karina Milei y Martín Menem visitaron Salta y fueron al Juzgado Electoral a realizar trámites para que la Libertad Avanza se constituya en partido nacional. En esa ocasión, fueron acompañados por el diputado al parlasur, el aceitunero Alfredo Olmedo, que al ser requerido por la prensa si recibiráin a Romero en su espacio, manifestó textualmente “Yo a Juan Carlos lo respeto, si quiere venir tiene las puertas abiertas”.
Cuarenta y ocho horas más tarde el eterno legislador salteño presentaba la suba del sueldo de los senadores nacionales multiplicada por tres. La gran duda, pese a la acusación de que los senadores son la casta, es si el presidente Javier Milei sabía. Todo parece indicar que sí, ante la firmeza con la que actuó en la instantánea sesión la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien hizo votar en menos de sesenta segundos al cuerpo, solamente levantando la mano, sin registrar adhesiones. Sí aclaró Villarruel, que todos los presentes habían convalidado la suma y nadie se había opuesto.
Romero conoce de sobra el reglamento de la Cámara de Senadores, no en vano lleva dieciocho años integrando el Senado, sin que se le conozca ningún provecho en favor de su provincia, siendo que los senadores, según la Constitución son los representantes de ellas.
En la sesión del aumento, como quedó registrada para los tiempos, fue quien propuso el desmesurado incremento salarial senatorial, como si viviesen en algún cantón suizo y no en la empobrecida y carente Argentina actual. Acaso su apodo de Pinocho, porque no tiene alma, surgió desde adentro de su ser con inusitada fuerza, en esta particular ocasión.
Según el reglamento, la cuestión debió haber sido incluida en el orden del día y debió haber obtenido previamente dictamen de favorable en comisión para luego ser votada nominalmente en el cuerpo. La metodología es de antología.
Romero propuso, Villarruelhizo votar sin contar a mano alzada dos veces consecutivas, primero aceptando el aumento y luego aprobándolo. Y colorín colorado, el Senado se ha aumentado. ¿Qué pensarán los argentinos de bien, que tanto desvelan al presidente Milei? ¿Acaso el vocero Manuel Adorni también será equiparado a senador? Porque el día antes al Romerazo, se le duplicó su salario, sin saber que se tuvo en cuenta, su cara de perro, el anunciar permanentemente malas noticias, o como dicen algunos asemejarse a ser el hijo de Drácula.