Europa atraviesa una crisis sanitaria con el auge de una nueva variante de gripe, la cepa H3N2 variante K del virus de la influenza A, que se transmite con gran rapidez y llegó antes de lo habitual.
Según datos recientes, los contagios y hospitalizaciones se dispararon. En algunos países, como el Reino Unido, se estiman hasta 8.000 internaciones por semana por gripe; cifras que no se registraban desde hace años.
En España, la situación también es crítica: hospitales reportan saturación, con pacientes esperando días para obtener una cama y hasta durmiendo en pasillos. Se registra un aumento constante de los casos en un marco poco habitual para esta época del año.
Ante este panorama, las autoridades sanitarias europeas instan a la población, especialmente a grupos de riesgo, a vacunarse cuanto antes. El European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) advierte que con una circulación temprana del virus y baja cobertura, la temporada de gripe podría ser más grave que en años recientes.
Además, algunos países ya comenzaron a aplicar medidas de contención —como el uso obligatorio de mascarillas en hospitales y residencias— para proteger a los más vulnerables y frenar el contagio.
