La insoportable levedad del ser

Además de ser el título de un libro excepcional de Milan Kundera, resulta totalmente apropiado para describir la ubicua personalidad del diputado nacional Emiliano Estrada, quien en las últimas horas tuvo una dura réplica de la diputada Socorro Villamayor, quien lo acusó de calumniador.

Resulta que Estrada salió a cuestionar a sus pares Pablo Outes, Pamela Calletti y Yolanda Vega, porque según él no bajaron al recinto a votar por el aumento presupuestario en favor de las universidades públicas al día siguiente de la multitudinaria marcha que repercutió en todo el país.

Lo cierto de la convocatoria del día posterior a de la marcha es que, sin orden del día alguno, ningún proyecto concreto que realmente satisfaga y sanee definitivamente esa cuestión, lo que se buscaba era mucho más un impacto político inmediato, que una solución definitiva un problema que tuvo por virtud congregar a miles de personas en las calles de distintos puntos del país.

Lo que sí sucedió, es que el día siguiente de la marcha el gobernador Sáenz se reunió con las autoridades de las Universidad nacional de Salta y afirmó categóricamente que con la salud y la educación no se negocia. También ocurrió que hasta la fecha, no se conoce proyecto alguno del diputado Estrada que se ocupe puntualmente de revertir la merma presupuestaria de las universidades públicas. Es decir, lo que motiva a Estrada es atacar al gobernador de Salta, no acudir en defensa de una movilización multitudinaria que excede largamente al ámbito local, dado que es una causa nacional que unió a miles de argentinos.

Debemos recordar que Estrada, llegó a su banca de diputado nacional, previo acuerdo y apoyo del gobernador Sáenz. Durante toda su campaña electoral el ahora legislador le prodigó numerosos elogios y apuntaba constantemente que trabajarían en forma conjunta para defender los intereses de la provincia.

Nada de ello ocurrió. Al tiempo de sentarse en su poltrona, el longilíneo diputado comenzó a adoptar actitudes diferenciales, sin que ningún motivo hubiese generado roce alguno ni razones para un distanciamiento. Estrada se propuso desde su primer minuto en el Congreso, traicionar la voluntad del electorado que lo había votado y ponerse en una postura crítica, sin haber presentado proyecto alguno en favor de los intereses de Salta.

Es decir, desde el vamos estuvo en la vereda del frente, revelando una personalidad compleja y no muy apegada a escrúpulos mínimos. Pues parecería, a la luz de ensayos posteriores que su capacidad elástica en política llega a límites inesperados. Así fue que hizo una alianza electoral con el diputado Olmedo – mileísta Carlos Zapata y con el candidato líbero Felipe Biella, en un frente al que denominaron Avancemos , para competir en las elecciones provinciales del año pasado, con resultados catastróficos.

A ello se le sumó que mientras en el Congreso de la Nación, Zapata le respondía a Juntos por el Cambio y a Alfredo Olmedo, Estrada formaba parte de Unión por la Patria y se reportaba a Cristina Kirchner, en Salta se mostraban como una suerte de frente superador de cualquier ideología. Desde entonces como si fuera una obsesión de la que no puede despojarse ni un solo día, a Estrada sólo le preocupa Sáenz, claramente Salta ni el país, no le interesan.

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